Yo viví aquella Primavera... Y Franco también.
Para nuestra desgracia, no fuimos capaces entonces: Franco murió en la cama y con casi todo atado...
Pero yo viví aquella Primavera que me unió ya para siempre a un país y a una historia que apenas conocía, más allá de los libros...
Y desde entonces, nosotros, los de entonces, ya no fuimos los mismos... Porque desde entonces nos invadió la tristeza de una agonía incierta del franquismo; y porque, como siempre en la reciente historia de España, la izquierda ya estaba dividida: la Plataforma y la Junta...
Hoy, cuando el mundo se desmorona, aquel que desde entonces íbamos construyendo con tanto esfuerzo, cuando nos lo están quitando de una manera tan desalmada y cruel, reivindico aquel 25 de abril en Portugal que sigue vigente hoy en día; un 25 de abril que necesita Europa toda, donde su ciudadanía tome las calles y diga ¡BASTA YA!. Y que exija a nuestros representantes la decencia que han perdido, la ilusión que han olvidado interesadamente en su ambición de poder y la entereza que exige la situación; porque la política, el pacto social, la democracia, son necesarias para el hombre, no para sus dineros, no para una minoría que arruina a toda la humanidad. Porque en el mundo nada merece más la pena que los seres humanos que en él habitan y a él vienen a ser felices y vivir en paz.
¡Basta ya! de mentiras, de intereses ocultos y de vanidades oscuras. Tomemos las calles de toda Europa y pongámonos a la obra; es el momento; más tarde será demasiado tarde. Estamos a tiempo; es la hora de otro 25 de Abril. Afortunadamente, hoy, en España, en Francia, la izquierda está unida en la urgencia, no como entonces. Es su responsabilidad, inicar, vehicular otra Primavera de esperanza...
En aquella estuve; ojalá pueda estar en esta nueva Primavera en Europa
¡BASTA YA!. ¡A POR ELLOS!....
Para nuestra desgracia, no fuimos capaces entonces: Franco murió en la cama y con casi todo atado...
Pero yo viví aquella Primavera que me unió ya para siempre a un país y a una historia que apenas conocía, más allá de los libros...
Y desde entonces, nosotros, los de entonces, ya no fuimos los mismos... Porque desde entonces nos invadió la tristeza de una agonía incierta del franquismo; y porque, como siempre en la reciente historia de España, la izquierda ya estaba dividida: la Plataforma y la Junta...
Hoy, cuando el mundo se desmorona, aquel que desde entonces íbamos construyendo con tanto esfuerzo, cuando nos lo están quitando de una manera tan desalmada y cruel, reivindico aquel 25 de abril en Portugal que sigue vigente hoy en día; un 25 de abril que necesita Europa toda, donde su ciudadanía tome las calles y diga ¡BASTA YA!. Y que exija a nuestros representantes la decencia que han perdido, la ilusión que han olvidado interesadamente en su ambición de poder y la entereza que exige la situación; porque la política, el pacto social, la democracia, son necesarias para el hombre, no para sus dineros, no para una minoría que arruina a toda la humanidad. Porque en el mundo nada merece más la pena que los seres humanos que en él habitan y a él vienen a ser felices y vivir en paz.
¡Basta ya! de mentiras, de intereses ocultos y de vanidades oscuras. Tomemos las calles de toda Europa y pongámonos a la obra; es el momento; más tarde será demasiado tarde. Estamos a tiempo; es la hora de otro 25 de Abril. Afortunadamente, hoy, en España, en Francia, la izquierda está unida en la urgencia, no como entonces. Es su responsabilidad, inicar, vehicular otra Primavera de esperanza...
En aquella estuve; ojalá pueda estar en esta nueva Primavera en Europa
¡BASTA YA!. ¡A POR ELLOS!....
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