martes, 3 de abril de 2012

NO NOS PUEDEN FALLAR

LO QUE ME QUEDA DE MIS DÍAS...

Prosiguen los días de primavera, lluviosos al fin, tras haberse quemado parte de la Galicia que amo. Son unos desalmados de no se sabe qué intereses ocultos, más allá de asesinos de vida. Esperemos que la justicia actúe en el presente y a futuro.
Y prosiguen también los días de las incertidumbres y palos de ciego ante un monstruo con cara de avaricia y que se consiente por la ciudadanía de una manera tan sorpresiva como indecente: sigo sin entender la mayoría absoluta del 20-N para el PP, pero eso es pasado. Y la gente honesta y trabajadora, a la que encima acusan de haberse pasado en excesos de consumos y pretensiones (sólo quisieron llegar a la orilla de un cierto bienestar y dejarles a sus hijos un mínimo vital que ellos no tuvieron en la posguerra; quizá se creyeron el cuento aquel de las clases medias acomodadas que tanto traidor y desclasado incorporó a la sociedad, pero en todo caso nunca fueron culpables, sino víctimas, por pretender la felicidad en esta tierra, felicidad que se las ofrecían barata los especuladores y ladrones, que especulando con ellos se lo han llevado todo a paraísos fiscales y a ladrillos imposibles, hasta que estalló toda su mentira y nos dejó más ciego y atemorizados), aquella gente que sigue creyendo en la decencia de algunos para sacarnos de esta ruina a la que nos han llevado a la mayoría una minoría que acumula más riqueza y poder que nunca, aquella gente que han dejado tirada y asustada en una esquina del mundo que llaman el sur de Europa, sólo piensa ya en una esperanza que apenas se ha dibujado...
Andalucía, desde el pasado 25 de marzo de este 2012 se ha convertido en la esperanza de los trabajadores y gente de bien de España, de Europa y de la Humanidad.

Sí, Andalucía se ha convertido en el laboratorio desde donde debe renacer la esperanza en que otra forma de acción política es posible, y otra forma de hacer sociedad también. Y en ese laboratorio juegan un papel muy importante los responsables políticos de aquella esperanza del mundo para que se haga realidad. Por tanto IU y PSOE tienen que estar a la altura; no puerden fallarnos más. Deben tener en cuenta que toda la humanidad progresista, que toda la Europa trabajadora está pendiente de Andalucía, que esta tierra nuestra se ha convertido, por voluntad de los andaluces -una vez más tan inteligente-, en el espejo donde mirarse, al ser el único territorio de la vieja Europa que será gobernado por la izquierda política mayoritaria.
Y ojalá sea la oportunidad para el renacer de una nueva forma de hacer política.
No habrá otra: están crecidos y vienen a acabar con todo.
Por tanto, es la hora de la responsabilidad y no de la fe...

(P.D. Creo que Labordeta estará contento con el resultado de Andalucía y Asturias...)

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