LA DOBLE MORAL Y LA ESPERANZA

Seguimos deteriorando nuestras conciencias; quizás, de tanto acercarnos a la vieja Europa hasta su imitación (dicen que lo malo es lo primero que se pega), de fulleros estemos pasando a ostentar la doble moral, tan anglosajona como peligrosa, más allá de perder la memoria.

Hago esta reflexión a raíz del resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas de ayer: todos nos escandalizamos del resultado del partido xenófobo y de extrema derecha que lidera la impresentable hija del otrora líder Le Pen (son tan extremos que hasta los hijos heredan el cargo). Y no deberíamos escandalizarnos por lo que sucede en Francia pues en España, nuestro gobierno, está llevando a cabo las políticas xenófobas que Le Pen pide en Francia y Sarkozy ha demostrado más de una vez su disposición a ellas: las medidas del gobierno de Rajoy en lo relativo a dejar sin coberturas sanitarias a los sin papeles, más allá de inhumanas, son xenófobas, y cuentan con el silencio y apoyo mayoritario de nuestros conciudadanos; eso sí, esos mismos conciudadanos nuestros que ahora se echan las manos a la cabeza por el crecimiento del partido de Le Pen. Y también parecen olvidar que este fenómeno va ligado a los ciclos de miseria económica, como sucedió hace menos de un siglo en esta misma vieja Europa...
Por tanto, no sólo algunos tienen doble moral (me sé todas las poses); también padecen de alzheimer...

En cualquier caso, pase lo que pase, estos de la doble moral y el olvido no me van a dejar de disfrutar de una de las grandes noticias de los últimos tiempos: sólo nos sacará de esta ruina -a la que los avaros nos han llevado- una Europa liderada por gente de bien, con sentido global y con apoyo de su mayoría social; ojalá, por el bien de todos, triunfe Hollande en Francia; y ojalá empecemos a ponernos las pilas y digamos ¡basta ya!, en vez de criticar el ascenso de la extrema derecha francesa cuando aquí, en España,  consentimos sus políticas.