miércoles, 19 de febrero de 2020

CARTAS A TI, que nunca te nombro (I)

Querida:
No te lo había dicho hasta hoy: he regresado a Málaga, a vivir en Málaga… Como sabías, lo tenía en cartera, pero quizás no tan pronto: allí, en aquel mar de enfrente, aun sin ti, ha sido muy agradable mi vida. Pero cada día me costaba más trabajo regresar de noche por aquella carretera y aquella soledad…
Y en tan solo menos de un mes me he instalado en el centro de la ciudad, aunque a cierta distancia de lo que ya llaman el Parque Temático de Málaga, aquella otrora ciudad del paraíso para Aleixandre y que la democratización del turismo —y los bajos precios tras la crisis (el ajuste ha sido en salarios/precios al no poder devaluar la moneda)— la han convertido en una ciudad para los extranjeros, no para sus gentes…
Aún así, la calidad de vida es infinita; me he reconciliado con la Málaga odiosa de mi infancia con agustinos y me he reencontrado con la verdad de la amistad de la gente de mi juventud, cuando por mor de los trabajos tuve que abandonarla para ir a otros lugares, hermosos, claves en mi vida, sí, pero no eran la Málaga que viví y que he visto transformarse desde la inevitable distancia…
…….
Como quiera que ya he terminado de instalarme, dedico las mañanas a pasearme la ciudad, sus lugares más míos, los rincones más inolvidables; aquellos por donde aparecen siempre las personas más importantes de mi vida… No, no apareces tú (aunque te llevo siempre) porque por entonces aún no te conocía y no pertenecías a mi vida; eso sería más tarde y de manera inevitable: siempre recuerdo aquello que una vez me dijiste haciéndome ver que jamás tendrías celos de mí:
—Quien ama de verdad una vez en la vida, ama para siempre, —me dijiste aquella tarde de primavera en Sevilla mientras salías de la ducha y te vestías con rapidez porque llegabas tarde a una cita…
………
Ha llegado, hace unos minutos, el paquete de Amazon con la aspiradora que compré ayer, como me pidió Marina, la nueva asistenta que ya me socorre. Me voy a duchar y aunque el día está triste y han caído algunas gotas de agua, apetece pasear por los espacios reencontrados y que me emocionan aún; como ayer tarde, que salí a pasear a las cinco y regresé a las 8,30 horas de la tarde-noche ya…
Te llevaré conmigo: ya sabes, de manera inevitable siempre; y te iré enseñando mis rincones… Como los que ayer recorrí en una primera atacada…
Tuyo siempre,






sábado, 15 de febrero de 2020

Y ASÍ FUE PASANDO EL TIEMPO (pequeñas memorias de un traslado)...

Llevo muchos días sin escribir en este mi blog. La decisión de año nuevo vida nueva se ha conseguido en tiempo record (vender una propiedad inmobiliaria y ya tener otra alternativa prácticamente a pleno ritmo en menos de un mes), pero en un tiempo de nervios y repleto de contrariedades: una vez más constaté que el sector privado, la economía real de este país nuestro, está rebosante de fullerías, ausente de formación, de mano de obra sin cualificar, de cuellos de botella en todos los sectores productivos, de fraude fiscal del IVA y tasas, más allá de pequeños empresarios que maltratan al personal, un personal a su cargo muy poco profesional y no por su culpa sino para así poder pagar los precios tan bajos de la mano de obra que contratan...

En suma: empresarios fanfarrones, fulleros, defraudadores y ausencia de formación profesional (el Estado español tiene esta asignatura pendiente: menos Universidad y más Formación Profesional) en la mano de obra que utilizan para sus business aquellos llamados empresarios, meros cortoplacistas de negocios fraudulentos los más...

Hablo de la pequeña empresa, la que abunda, la que conforma, junto a profesionales autónomos y otros servicios, el entramado que llaman sociedad civil; más bien incivil...

Desde compañías de transportes e bienes y servicios, de mudanzas, de servicios de telefonía e internet; desde intermediarios en la compraventa de bienes y servicios; desde asesores y servicios de alta cualificación; desde sectores insospechados, todos adolecen de un mismo mal: "lo mío cuánto es" antes de ofrecer un servicio de calidad... Para nota el mundo de los fedatarios públicos, como notarios y otros estatus tan desfasados y tan corporativistas como innecesarios e insoslayables...

Para colmo, todo este entramado de ineficiencia es el que vocifera el discurso antidemocrático de que el Estado sobra, que el Estado los fríe a impuestos (cuando son defraudadores la mayoría) y que el Estado es ineficiente y costoso como rémora para el crecimiento económico, reclamando así la bandera de la libertad de empresa como el único motor eficiente del desarrollo económico y social...

 En suma: es un espanto lo que llaman economía real, sociedad civil o pequeña y mediana empresa... De las grandes empresas ya sabemos mucho de sus fullerías, de sus oligopolios y de sus maldades; desde todo tipo de delitos fiscales y de capital, a comerciar por debajo de costes en ofertas atractivas para colocarnos otros productos que no necesitamos. Como también sabemos de las maldades del sector financiero, de sus paraísos fiscales, de sus fraudes fiscales, de sus descapitalizaciones y de cómo se las gastan en tiempos de crisis...

En fin: la España real está a años luz de ser decentemente aceptable... Y es que quizás tantos años en la caverna de una dictadura no sean gratuitos.

Sea como sea, nos queda un largo y exigente camino por delante...
Como un mar infinito...