Creo que la socialdemocracia tiene un problema que no ha resuelto desde su nacimiento: la gestión en tiempos de crisis. En ciclos expansivos de la economía la socialdemocracia es perfecta redistribuyendo rentas a través de políticas fiscales progresivas y gasto social, más allá de veleidades liberales como la de aquellos que decían lo de que bajar impuestos era de izquierdas o de que España era atractiva para hacerse rico.
En cambio, llega el ciclo recesivo, o una crisis económica previsible (no me refiero a esta pandemia sino a la crisis anterior, que era previsible: todo el mundo de cierto nivel sabía que las Cajas de Ahorros estaban podridas y que pronto estallaría la burbuja inmobiliaria, cosa que sucedió cuando el sistema financiero mundial fue víctima de los excesos de su morosidad), y la socialdemocracia no termina de ofrecer políticas económicas capaces de atajar los efectos de aquella crisis, salvo los instrumentos liberales de siempre y el endeudamiento público lo que suponen al final recortes en gasto social. Y en ese contexto ZP, que no convocó elecciones como debió hacer y explicar la situación durante la campaña, cambió el rumbo de la noche a la mañana y pasó a defender las recetas liberales de la UE sin argumentar bien el por qué; y todo esto tras el cheque bebé o los famosos 400 euros universales, o desactivar el impuesto de patrimonio...
En ese contexto nace el 15-M y luego Podemos, cuando la juventud no tiene futuro y siente que la izquierda que gobierna su país no le da aquel futuro, salvo el discurso indecente del emprendimiento, como diciendo búscate la vida que yo no tengo recetas. Al cabo, la juventud abandona a la socialdemocracia porque aquella socialdemocracia sólo le ofrece el egoísmo liberal de hacerse autónomo en la selva, sin protección social y a buscarse la vida, sin sindicatos apoyándolos, sin solidaridad; hala, a triunfar compitiendo, a producir y a hacerte tú solito tu futuro...
Y así nace el joven competitivo, muy preparado sí, pero autónomo, con teletrabajo, aislado socialmente, egoísta y abandonado de toda ideología que no sea triunfar en el mundo del dinero...
Insisto, la socialdemocracia tiene esa asignatura pendiente: la gestión en tiempos de crisis que acaba defraudando y siendo acusada de traidora: PSOE-PP lo mismo es, que se gritaba el 15-M. Y claro, para copia mejor elijo al original, y gana la derecha -populista o no- en función de la gravedad de la crisis y de los liderazgos más o menos desahogados. En la vieja Europa, en tiempos de crisis renacen, además del populismo, el neofascismo y los neonazis...
Por otra parte, Errejón y Más Madrid, que han conseguido movilizar al voto joven, es la misma socialdemocracia con otros líderes, pero es el mismo proyecto. Es verdad que con aires nuevos, pero el proyecto y las políticas son las mismas. Quisiera ver a Errejón en Moncloa en tiempos de crisis económica. De seguro que haría recortes presupuestarios y políticas liberales... Y yo creo que en el fondo es por lo que se va Pablo Iglesias: ya sabe que no hay margen para seguir creciendo en la izquierda y sabe que ya no tiene más propuestas realistas y factibles; como sabe que ha decepcionado a la gente del 15-M: la gestión en tiempos de crisis no le aguanta el papel discursivo desde la calle o la oposición. La globalización y las disciplinas presupuestarias lo impiden. Es cierto y está demostrado: en ciclos expansivos de la economía, la socialdemocracia es perfecta redistribuyendo rentas a través de políticas fiscales progresivas y gasto social. En cambio, llega el ciclo recesivo y la socialdemocracia no termina de ofrecer políticas económicas para atajar los efectos de aquella crisis, salvo los instrumentos liberales de siempre y acaba desencantando a los más jóvenes que los deja sin futuro y sin utopías. Por eso la base electoral del PSOE en España es viejuna.
Y es que estamos en el país que estamos, con la educación cívica que tenemos (una ciudadanía fiscalmente egoísta y desencantada de la gestión de aquellos fondos por parte de muchos) y en el contexto internacional que estamos… La realidad no tiene remedio, salvo cambiarla. ¿Y quién le pone el cascabel al gato del sistema capitalista, lo señala y lo cambia?
La gallina...
