Acaba de terminar un día de movilizaciones en Europa. Me congratula
saber que han ido en la buena dirección: el problema no es sólo nuestro
gobierno (que también); la crisis tuvo un origen más allá de nuestras
fronteras y su solución sólo será europea y mundial, sobre todo al no
disponer de moneda propia...
Francia, Bélgica, Alemania, Italia, Portugal, Grecia, etc, y las grandes
ciudades españolas han dicho que hay que cambiar el rumbo de las
políticas de austeridad y regresar a lo que ya antes el pensamiento
económico y político había considerado como un consenso ante épocas de
recesión: aparcar plazos tan exigentes en la disciplina presupuestaria,
mutualización de la deuda pública de la zona euro y un plan de
inversiones públicas y de políticas expansivas del gasto, cuyo efecto
multiplicador haga de motor de la actividad económica.
Por otro lado, me desconsuela enormemente cómo sigue argumentando el
establecimiento para desprestigiar estas acciones que sólo pretenden
dignificar a una ciudadanía que no se explica por qué hace unos años
éramos modelo para el mundo y hoy no tienen empleo o temen perderlo, más
allá del impresentable espectáculo de desahucios, suicidios y comedores
sociales atendiendo de hambre a una gente decente que sólo quiso vivir
decentemente como creían hacerlo ya para siempre...
Los engañaron, los han arruinado, y cuando quieren salir a protestar,
encima, los insultan... Y entre ellos, no sólo esos voceros de la
derechona que viven de las mentiras de sus jefes, sino gente acomodada a
la que debía caérsele la cara de vergüenza por su insolidaridad y su
desfachatez, gente a la que casi todo se lo dieron hecho... Y argumentan
abusos; y disfunciones; y aprovechamientos varios... Ellos, tan
decentes en todo!!!... Y lamentable el que muchos de ellos sean además
jóvenes que deberían ser los primeros en estar en la calle por
habérseles negado el futuro en su propio país...
Sólo siento desprecio y lejanía hacia tanto descerebrado insolente,
inmaduro y egoísta; y sólo le deseo que sea pronto uno de esos que
llaman parados, esa impresentable definición para un ser humano que han
condenado al desempleo y a la exclusión social... ¡Malditos
impresentables!!!
Y una cierta melancolía al conocer de sectores que deberían ser los
abanderados de estas movilizaciones... Hablo, por ejemplo, de la
educación pública, donde al parecer en muchos institutos hubo más
profesores que fueron a trabajar que niños a aprender... ¿Esperaban
quizás que yendo a trabajar los van a salvar? ¿Aún no se han enterado de
que van a privatizar la educación pública?
Muchos argumentan también, y en todos los sectores, que no pueden ya ni
perder el salario de ese día; bien, pues ya sabemos cuánto vale una
dignidad y un compromiso. Sí, es verdad, todos tenemos un precio en la
vida, pero el de algunos es sólo calderilla...
Sólo espero que no exijan luego lo que no dieron en solidaridad...
Estuve
todo el día en silencio. La jornada se lo merecía. Quizás no haya
servido de mucho, pero al menos he constatado una esperanza: que las
movilizaciones van en el sentido apropiado, el escenario europeo, y
coordinados en toda la Europa que nos afecta...