sábado, 1 de diciembre de 2012

RENACER A LA VIDA

Era ayer, cuando en el regreso me sorprendieron los cielos; paré el coche para recoger un trozo, una parte de este cielo protector que azulaba, que no enrojecía en la vergüenza de su declive...
Era un cielo azul, nítido y claro, que se me ofrecía en refugio...
Y creí, entonces, que es posible el milagro: renacer a la vida, al mundo y a sus asuntos...



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