ANDALUCÍA, EL PRIVILEGIO DE NACER EN ESTE LUGAR DE MI MUNDO
Podría señalar uno, dos lugares de mi mundo; o hablar de mis mundos en determinados lugares… Pero no puedo: siempre fui negado para los podium; quizás por eso soy Libra y mi símbolo es la balanza en busca de un equilibrio imposible…
Sí, podría hablar de rincones y lugares de España, una España que creo conocer bien en todos sus territorios; o de la Francia que llevo en mi alma. Y como no, de La Toscana, de aquel día en Firenze, en su Ponte Vecchio, donde me confundieron unas jovencitas americanas con Nanni Moretti… O quizás una tarde en Lisboa, en su Chiado, al lado de Pessoa, habiendo entrado en la ciudad atravesando el estuario del Tejo desde Casilhas o Montijo…
También podría ser una noche de junio del final del siglo pasado cenando en la orilla del Moldava, cerca del Puente de Carlos, en Praga; o quizás una puesta de sol en Bajo de Guía, en Sanlúcar de Barrameda… Aunque nunca me puedo olvidar de los días que pasé en Sintra en distintas ocasiones, como aquella que hicimos noche en el Palais de Seteais, quizás el Hotel más lujoso y al mismo tiempo decadente que he estado, dormido en mi vida… O aquel día húmedo en Oxford durante los días de Londres, mientras en Sevilla bailaban sevillanas los sevillanos eternos...
Definitivamente no puedo quedarme con un solo lugar; porque no hablo sólo de lugares hermosos, sino de territorios, momentos, días de mi vida en los que, como diría César Antonio Molina se calma el dolor…
Uno de aquellos lugares donde me calmaba antes de esto de la COVID es A Mariña Lucense con Foz y Ribadeo en mi alma; o Cariño, Estaca de Bares, Cabo Ortegal (donde comienza el Atlántico y termina el Cantábrico), Cedeira, Ponteceso y la Costa da Morte toda ella, etc…
Todos son lugares donde viví y dejé parte de mi mejor memoria, como tantos otros inolvidables, o como aquellos lugares de la infancia que pasé lejos de los curas de Málaga: el jardín de los abuelos, la casa de Tolox, la Vegueta y el olor a higueras y juncos clavados en lo más hondo...
Y es que mi patria no es una; mi patria es plural y compuesta por aquellos lugares donde siempre quiero regresar… Allí, donde se me calman todos los dolores… Para mí la patria no es una bandera excluyente, ni una frontera, ni un ejército en conquistas de otros territorios, ni unos políticos corruptos o en dictaduras, ni himnos belicistas y xenófobos; eso para mi no es la patria; esa patria es un invento de los estados nación del pasado y de los dictadores o populistas al uso... Y menos aún cuando nacemos en un determinado lugar por mero azar... Es la tierra la que nos habita ; no al revés… Y Andalucía, mi tierra, siempre fue universal y universalista, nunca fronteriza ni excluyente...
No, yo no quiero aquella patria; esa es la patria de los otros, la de los que no permiten mi patria, aquel espacio que al regresar uno siente como si la vida sólo allí; porque, como decía Saramago, "uno pertenece a un lugar, a una historia, a un idioma, y yo creo que eso es la patria."
Para terminar, recordar estos versos de algunos de mis admirados poetas:
“...Si pudiera elegir de todo lo vivido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida…”
Francisco BRINES
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“Todo tiene
el temblor algo tímido de las horas vencidas”
Manuel RICO (Los días extraños. Valparaíso ediciones. Granada 2015)
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“Mi alma es una orquesta oculta; no sé qué instrumentos tañen y chirrían, cuerdas y arpas, timbales y tambores, dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía.”
Fernando PESSOA
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En el 28 de febrero de 2021, DÍA DE ANDALUCÍA
