miércoles, 3 de febrero de 2021

1-2 DE FEBRERO 2021

 1 de febrero : 12,20 horas

Salgo a pasear y en busca de un pegamento fuerte. Paso por la puerta del Ateneo de Málaga (al fin me hice socio hace un tiempo ya) y al ver que no hay nadie entro a ver la exposición de Rafael Gonzalez Alvarado. Y ha sido una muy grata sorpresa la visita. Me han gustado mucho los formatos y los materiales usados. Y cómo no, su resultado...

Muy recomendable su visita, aunque con estas nuevas medidas de limitación de accesos a determinados sitios no sé si será posible verla... Por cierto, limitan accesos porque se pasaron con los excesos de aquello de salvar la navidad, como si lo que fuese a morir era una fiesta falsaria de emociones colectivas forzadas y no los ciudadanos tras tantos excesos... Para nota los alcaldes convocando con lucecitas a la gente a consumir fridays y otras hierbas...

13,40 horas

Tomo el aperitivo en una de mis terrazas llenas de ausentes... Siempre fui un solitario, pero la COVID me ha dado la razón: lo malo es lo primero que se pega...

Oigo a los camareros hablar de que a partir del miércoles van a tener que cerrar... Ya lo sabía, me digo a mí mismo: los demagogos políticos no aprenden... Para colmo, la impresentable Sra. Ayuso, la adelantada del desahogo político, otra intelectual de altura como su jefe nacional, dando más argumentos a los negacionistas, esos locos indocumentados que uno a uno los llevaría a las UCI de los hospitales... Aunque me temo que aún así seguirían con la cantinela... ¡Cuánto hartazgo ya de tanta poca vergüenza y tanta indignidad de cuatro mediocres al mando de nuestros destinos!!!...

14,50 horas

Regreso a casa, quizás el único espacio donde sé que nada ni nadie, salvo yo, me molestará. Sí, a veces me molesto yo a mí mismo. Sobre todo cuando me miro al espejo y me reconozco injusto: -eres un afortunado, me dice el espejo... Para entonces, me rehago y le doy la razón al espejo: -no, no estoy moralmente capacitado para quejarme cuando en las afueras hay tanto dolor y tanta miseria, le digo al espejo; y sobre todo, tanta realidad de la que puede uno evadirse, como hago y calmo con mis músicas, mis poetas y mis pintores...

2 de febrero: 10,30 horas

Llega el carpintero que trae los encargos que le hice y me los coloca en el dormitorio. Es un hombre decente, trabajador, honesto y con cara de buena persona... Empieza bien la mañana...

12,43 horas

Amazon me trae el primer paquete que espero hoy. Me sigue sorprendiendo la capacidad logística de esta empresa. Ojalá, mas allá de los discursos proteccionistas de la globalización de negocios eficientes, aprendamos de Amazon con vistas a poner las vacunas y no sea una merienda de negros que decían nuestros antepasados, sin saber por qué los pobres negros no podían merendar, que esa es otra...

13,15 horas

Ya llegó el segundo paquete, con otra compañía de mensajería. Y a los pocos minutos llegó el tercero, también a través de otra compañía de mensajería... Al menos el gigante Amazon da trabajo a distintas empresas de mensajería en lo local...

14,10 horas

Salgo a tomar el aperitivo. Es tan sólo sentarme sin gente y aparecen en tromba... Me tomo la caña de un sorbo... 

-Venimos a tomar todas las cervezas que no vamos a poder tomar en 15 días!!! , dice uno de ellos a los camareros...

Llamo al camarero que me ha atendido, le pago y salgo pitando...

14,30 horas

De nuevo en casa... No, no me miraré al espejo. No estoy dispuesto a que me dé lecciones morales de nuevo...

Y así fue pasando el tiempo...

Fotos: exposición de Rafael Alvarado en el Ateneo de Málaga.






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