sábado, 25 de julio de 2020

EL LIBRO DEL SOSIEGO (XI)

LUNES 23 DE JULIO

-¡Señor, el crepúsculo!!!... Ya veo que no ha parado un solo día...
-La verdad, querido Rogelio, es que necesitaba quitarme de Málaga estos días por temor a la Covid y sus rebrotes dado el comportamiento de la gente fundamentalmente joven...
-Por cierto, esa casa que aparece en la foto, la del centro fue la casa de su familia materna en Tolox, no?...
-Efectivamente, Rogelio. Ahí pasamos los veranos de nuestra infancia durante los años 50 y 60 del pasado siglo. Durante el día, nos íbamos al campo, y por la noche regresábamos al pueblo...
Ahí tuvo la botica tres generaciones de mi familia materna. Mi abuelo, en el año 37, al poco de iniciarse la guerra civil, trasladó la farmacia a Coin, donde hubo plaza, huyendo del horror que hicieron los nacionales al tomar Tolox después de los horrores vívidos antes por el otro bando que reaccionó al golpe de Franco. Por fortuna para ellos, la guerra en Andalucía duró poco, pues en apenas seis meses estaba en manos de Franco, pero seguía en muchas partes de España, hasta abril del 39, como sabes... Aunque peor que la guerra fue la larga dictadura que hemos pagado cara y seguimos pagando cara generaciones posteriores, en el sentido de un enorme déficit de educación democrática y excesivos intentos de olvido por parte de muchos para volver a repetir la historia... Las sempiternas dos o tres Españas que parecen siempre predispuestas a regresar y hacer de las suyas...
Al cabo, la casa se vendió...
-¡Cuántos recuerdos tendrá el Señor!!!...
-Muchos, Rogelio, muchos. Y todos hermosos...


MARTES 24 DE JULIO

-¡Señor, el crepúsculo!!!... Ya veo que ha decidido regresar pronto a Málaga, no?...
-Sí, querido Rogelio... Allí estaré más resguardado, con mejores servicios y menos riesgo: me llevan a casa servicios y productos. Y por aquí por Tolox ya empieza a venir gente de fuera, o emigrantes, y me temo cierta relajación de los que vienen de lugares donde rebrotes...
-Hace bien. Tiene que prevenir cualquier contratiempo hasta que haya vacuna...
-Eso es... Pero mira qué rincones dejaré aquí y que siempre llevo -y llevaré de por vida- en mi memoria...




martes, 21 de julio de 2020

VEN A SENTARTE CONMIGO, LIDIA

Ven a sentarte conmigo, Lidia
a la orilla del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos cogidos de la mano.
(Enlacemos las manos.)

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

Desenlacemos las manos,
que no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
mas que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.

Cojamos flores, cógelas tú y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases el óbolo
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de ti me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo.

F. PESSOA



18 DE JULIO

La mañana vino con crueldad... O quizás con compasión...
Estaba muy malita y cansada de entrar y salir de hospitales...
Era fuerte, pero cuando la enfermedad te maltrata, cuando una y otra vez te derrota, mejor saber que la muerte es parte de la vida inevitable y que a todos algún día nos alcanzará sin solución ni consuelo...
La conocí -creo recordar- en la primavera de 1975, en aquella casa de Coín donde tantas novias y tantos encuentros a deshoras sin que madre tuviese que poner orden... Entré en la casa de abajo, la de enfrente de la farmacia del abuelo, y bajaba la escalera con mi hermano Modesto que me la presentó. Mi hermano era profesor en Granada, en la Facultad de Letras. -Ella es Silvia, me dijo me hermano... Dos años después mi hermano se fue sin despedirse de nosotros pero yo ya sabía que había tomado partido hasta mancharse, pero siempre nos lo ocultó para no influirnos en nuestras decisiones...
Al cabo, Silvia formó parte de mi vida en aquellos años de la transición, como tantos otros jóvenes que aunque ya sabíamos que la vida lo era en serio sentimos la necesidad de cambiarla para todos...
Han pasado los años, yo perdí la pista de muchos por mor de los trabajos y las distancias... Por entonces no existían las redes ni los medios; pero quedaban intactos los afectos, afectos que recuperamos cuando decidí regresar a Málaga. Y es que lo importante de verdad, lo hondo, siempre permanece, como lo más hermoso de lo que somos, emociones y sentimientos que se hacen eternos porque hubo una vez que fue verdad y fue la vida...
Hoy se nos ha ido Silvia, que de tan fuerte nunca creímos se nos fuese. Pero al cabo ya descansa, porque también los humanos, los buenos, tienen derecho a descansar...
Descansa en paz, querida mía... Y nunca el olvido, porque el olvido de lo verdadero no existe ni existirá jamás...
Foto: este pasado invierno, cenando en Málaga con ella y amigos. Fue la última vez que la vi. Pero siempre estará en lo más hondo de mi persona y en lo más profundo de todos los que la conocimos, quisimos y siempre recordaremos...


viernes, 10 de julio de 2020

PERTENENCIAS

Temprano me despierta el gallo cada día; y gallinas y perros lugareños... Tardío me adormece cada noche el frescor de los cielos estrellados, limpios de nubes y de mala ralea... Si acaso, la luna que se oculta entre sus montañas más hermosas y elevadas...
Y me creo en un paraíso; aislado, ajeno y solo; sí, pero libre y honesto con el mundo que me rodea.
Un mundo que extrañaré cuando tenga que abandonarlo...
Por placentero; por soñado con eternidad y alevosía; por hospitalario y sencillo...
Sí, yo formo parte de estas tierras; porque mis ojos la reconocen como propias y porque mi alma tiembla cada amanecer a la vida plácida y suave de mi memoria...

domingo, 5 de julio de 2020

EL LIBRO DEL SOSIEGO (X)

-Señor, permítame pedirle de nuevo perdón por mis palabras de ayer... Y permítame también felicitarle por la decisión que tomó de quitarse una temporada de Málaga dados los inexplicables comportamientos de la mayoría de la gente tras lo que llaman la nueva normalidad... Sobre todo porque le veo muy feliz estos días...
-Así es, querido Rogelio; creo que fue una decisión acertada y gracias por tu sinceridad... Sabes que no me gustan los rodeos y que siempre prefiero que se me digan las cosas con claridad y sin maldad alguna, cosa en la que eres experto y que admiré siempre en ti...
-Gracias, Señor... Pero no se trata de ningún esfuerzo por mi parte; sólo forma parte de mi trabajo... Uno de los principios básicos de todo buen mayordomo es decir siempre la verdad a su señor con el tiento suficiente para no herirle... De lo contrario no se trata de lealtad, eso tan fundamental en nuestro oficio, sino que sería hacer la pelota y sólo decirle a nuestro señor lo que aquel desea oír; ya sabe el Señor aquello de que la mejor mentira es la que queremos oír y creer...
-Así es; y de nuevo te agradezco tu lealtad que sólo es respeto y verdad... Descansa que aún estarás cansado por el cambio de vida de estos días...
-Gracias Señor; que tenga buena noche... ¡Ah!, le recordaré mañana que el lunes tiene que madrugar para ir a Málaga a recoger un envío de última hora y que tardaba en llegar...
-Cierto. Gracias por recordármelo. Buenas noches...
P.D. Mientras teníamos esta conversación la luna de julio inundó el cielo y apagó las estrellas...

sábado, 4 de julio de 2020

EL LIBRO DEL SOSIEGO (IX)

Hoy hace ya seis días que dejé la ciudad de Málaga huyendo de un inaceptable comportamiento de la mayoría de la gente (¡ya está bien de mentir con eso de que es una minoría!: ¡es la inmensa mayoría de los jóvenes -y no tan jóvenes- que se creen superhombres cuando sólo son un peligro público!!!. ¡Ay, esta España de los fantasmas y los subnormales fanfarrones!!!. ¡Tan sempiterna como odiosa!)...
Sí, hoy hace seis días ya desde que tomé la mejor decisión de los últimos tiempos de mi vida: huir de lo peligroso y vulgar y abrazar la dicha de lo sobrio...
[P.D. Oigo pasos ligeros y toses anunciadoras... Es Rogelio, que al fin llega de Málaga, y me temo que no viene en son de paz...]
-Buenas noches, Señor; y me va a perdonar por el tono y sus formas, no me esperaba su comportamiento para conmigo... Me dijo que me avisaría el día que se instalara en Tolox durante el mes de julio... Y ya veo que lleva varios días por aquí y he tenido que llamar a sus hermanos para cerciorarme de que andaba por aquí temiéndome lo peor sin saber de usted...
-Perdona, Rogelio; llevas toda la razón, pero tuve que adelantar el viaje -y el traslado- porque el dueño de la casa no tenía otro día ni otra hora para enseñarme la casa donde pasaré estos días... Y además, te dije que no me importaba que vivieses conmigo a la guarida de Tolox, que la decisión sería tuya siempre... Y durante los últimos días en Málaga no me confirmaste que querías venirte también a Tolox, ya sabes, aquel lugar que ya conoces de tanto hablarte de él...
-Vaya, pensé que no hacia falta confirmar mi estancia; desde que abandoné Londres estoy a su servicio, vaya donde vaya, las 24 horas...
-Bueno eso tampoco es así; no estás a mi servicio, sino que tú quieres estar a mi servicio, que es distinto... y, en cualquier caso, yo no tengo inconveniente en que eso sea así, pero tú no estás a mi servicio ni te he hecho firmar contrato de relación laboral alguno, sino que tú quieres estar a mi servicio como mayordomo porque perteneces a ese tipo de gente que no quiere nuca jubilarse por temor a aburrirse y a no tener capacidad de inventarse la realidad a diario, eso en que consiste vivir...
-Creo, Señor, y perdone de nuevo por mi atrevimiento, pero creo que vuelve usted a ser muy cruel conmigo; porque aunque eso sea verdad tampoco hay que explicitarlo constantemente...
-Cierto, llevas razón, querido Rogelio... Y te pido excusas por ello; pero te ruego no me saques más el asunto de nuestra relación laboral; sólo somos amigos, desde aquellos años de La Carbonería en Sevilla, aunque tú no existieras ni entonces ni nunca, y yo, si acaso, sólo iba allí a buscar compañía en las noches de dudas y soledades...
En fin; de nuevo te pido excusas... Instálate donde quieras: hay habitaciones de sobra. Y descansa...
-Gracias, Señor... Que tenga buena noche... Por cierto, ya vi que tuvo la visita de su hermano Rafael esta mañana... Espero fuese agradable... Y le felicito por la elección de la casa: las vistas del pueblo de las que goza la casa son muy hermosas...
-Así fue. Gracias. Buenas noches Rogelio... Y repito, descansa...