sábado, 4 de julio de 2020

EL LIBRO DEL SOSIEGO (IX)

Hoy hace ya seis días que dejé la ciudad de Málaga huyendo de un inaceptable comportamiento de la mayoría de la gente (¡ya está bien de mentir con eso de que es una minoría!: ¡es la inmensa mayoría de los jóvenes -y no tan jóvenes- que se creen superhombres cuando sólo son un peligro público!!!. ¡Ay, esta España de los fantasmas y los subnormales fanfarrones!!!. ¡Tan sempiterna como odiosa!)...
Sí, hoy hace seis días ya desde que tomé la mejor decisión de los últimos tiempos de mi vida: huir de lo peligroso y vulgar y abrazar la dicha de lo sobrio...
[P.D. Oigo pasos ligeros y toses anunciadoras... Es Rogelio, que al fin llega de Málaga, y me temo que no viene en son de paz...]
-Buenas noches, Señor; y me va a perdonar por el tono y sus formas, no me esperaba su comportamiento para conmigo... Me dijo que me avisaría el día que se instalara en Tolox durante el mes de julio... Y ya veo que lleva varios días por aquí y he tenido que llamar a sus hermanos para cerciorarme de que andaba por aquí temiéndome lo peor sin saber de usted...
-Perdona, Rogelio; llevas toda la razón, pero tuve que adelantar el viaje -y el traslado- porque el dueño de la casa no tenía otro día ni otra hora para enseñarme la casa donde pasaré estos días... Y además, te dije que no me importaba que vivieses conmigo a la guarida de Tolox, que la decisión sería tuya siempre... Y durante los últimos días en Málaga no me confirmaste que querías venirte también a Tolox, ya sabes, aquel lugar que ya conoces de tanto hablarte de él...
-Vaya, pensé que no hacia falta confirmar mi estancia; desde que abandoné Londres estoy a su servicio, vaya donde vaya, las 24 horas...
-Bueno eso tampoco es así; no estás a mi servicio, sino que tú quieres estar a mi servicio, que es distinto... y, en cualquier caso, yo no tengo inconveniente en que eso sea así, pero tú no estás a mi servicio ni te he hecho firmar contrato de relación laboral alguno, sino que tú quieres estar a mi servicio como mayordomo porque perteneces a ese tipo de gente que no quiere nuca jubilarse por temor a aburrirse y a no tener capacidad de inventarse la realidad a diario, eso en que consiste vivir...
-Creo, Señor, y perdone de nuevo por mi atrevimiento, pero creo que vuelve usted a ser muy cruel conmigo; porque aunque eso sea verdad tampoco hay que explicitarlo constantemente...
-Cierto, llevas razón, querido Rogelio... Y te pido excusas por ello; pero te ruego no me saques más el asunto de nuestra relación laboral; sólo somos amigos, desde aquellos años de La Carbonería en Sevilla, aunque tú no existieras ni entonces ni nunca, y yo, si acaso, sólo iba allí a buscar compañía en las noches de dudas y soledades...
En fin; de nuevo te pido excusas... Instálate donde quieras: hay habitaciones de sobra. Y descansa...
-Gracias, Señor... Que tenga buena noche... Por cierto, ya vi que tuvo la visita de su hermano Rafael esta mañana... Espero fuese agradable... Y le felicito por la elección de la casa: las vistas del pueblo de las que goza la casa son muy hermosas...
-Así fue. Gracias. Buenas noches Rogelio... Y repito, descansa...




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