sábado, 17 de noviembre de 2012

NO ERA ESO...

No era eso, no...
Como no bastaron los días que creímos imborrables.

Todo se fue yendo: quizás sólo como gestos de aquellas inesperadas mañanas de entonces, cuando aún el desconcierto y los destellos...
O sólo suplían la ignorancia de un futuro que no sucedería jamás...

Y me decías que no, que nunca antes habías sentido lo que te ataba al abismo y al tiempo;
y yo no te creí...

No, no era eso...
La duda, cuando es valiente, permanece quieta ante ella misma...
Y sí, nunca fue determinante la voluntad; sólo para dejarla llevar;
a veces, las más, por la de otros, la de los más certeros, esa no tan cargada siempre de temores enfermizos, como ya los miedos, que tampoco nunca abandonaron los días, como este siniestro y oscuro sábado de noviembre que entristece la memoria y aturrulla las palabras...

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