martes, 6 de noviembre de 2012

EL MUNDO QUE YO NO VIVA

NO era la lluvia; era el viento; era la niebla; era lo oscuro; era la montaña en movimiento; era la agonía... Y eran los espantos...
La carretera no era asfalto: parecía el mar que no se veía; o quizás un lago en la montaña, como aquel de Castiñeiras, en Figueirido (Pontevedra)...
Y eran todos los miedos...
Y en el pen del coche sonaban Amancio Prada y Chicho Sánchez Ferlosio; ambos cantaban a Agustín García Calvo, recién ido a descansar... Y entonces quise parar el coche y no pude: los coches inundaban la carretera y la carretera estaba llena de miedo... Como el mundo que yo no viva y lo sentí como cosa extraña...

EL MUNDO QUE YO NO VIVA

El mundo que yo no viva
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida

Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?

¿Brillará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida

¿Será posible que vengan
los amigos y que "Era" digan
"un hombre, y te quiso mucho"
y "Mucho" llorando digas?

Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.

Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.

Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.

Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
- ay - de mi vida.

Agustín García Calvo


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