domingo, 29 de abril de 2012

LLUEVE

En la cama aún. Leo. Músicas lejanas. Y llueve.
Ne me quitte pas.
Llueve, detras de los cristales llueve.


Y cogido de garganta y nariz: ya me extrañaba a mi no caer en días transitorios, . .
Me conozco tanto, que me extraño. . .


No te contaré historias imposibles.
Pero sí te hablaré de un mundo que estuvo a nuestro alcance. . .
No lloraré; dicen que los hombres no lloran hasta reventar.
Pero sí me verás con una rabia contenida y, quizás un grito;
un grito silenciado por mi forma de querer y amar la vida. . .

Para entonces, quizás hayan huido los fantasmas,
y también haya dejado de llover. . .

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