domingo, 29 de abril de 2012

AL FIN, AUNQUE MUY TARDE...

Al fin decidirán lo que debieron decidir hace años: desde Keynes sabemos cómo se sale de las depresiones económicas; pero también sabemos que desde hace muchos años el pensamiento político y el económico los tomó el llamado pensamiento único, aquel que los liberales de salón llevaron a los ámbitos de las instituciones y acabaron con las conquistas sociales de la ciudadanía más débil y desprotegida del sur de Europa. Para ello usaron la codicia, la evasión de capitales y el fraude fiscal, con el fin de ahogar los recursos públicos que hicieron viable la redistribución de la riqueza, aquella que fue suficiente (a veces poco eficiente, pero ese es otro asunto), al menos, para proteger cierta igualdad de oportunidades y ciertos niveles de educación y de salud, así como garantizaba las pensiones de jubilación.
Y llegaron para quedarse. Y cuando nos han arruinado; cuando han dejado al sur de Europa inmerso en un páramo de amargura y miedo; cuando ya han visto que han llegado a meta, esa meta que ya cuestiona la propia supervivencia del sistema, empujada por el cambio de cierta ciudadanía que ya se moviliza en el origen, no sólo en la periferia, entonces es cuando han dicho que bueno, que harán aquellos deberes que debieron hacer...
Eso sí, insistirán en las dichosas disciplinas y ajustes fiscales; ese lenguaje que sólo significa que desaparezcan los impuestos directos, con amenazas de volver a romper la baraja si no les hacemos caso...
El calvario será duro: nos han dejado en bragas... Recuperar la senda para absorber tanto desempleo nos va a costar; y esperemos que lo sea sin conflictos sociales: nos han arruinado sin razón; sólo la razón de su codicia. Y no debemos olvidar y solicitar de la historia que los juzgue: nosotros no tenemos ni fuerzas para denunciarlos; será la historia, si la historia quiere seguir siendo aquello que se cuenta con decencia a los que vienen detrás...

¡Pandilla!

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