domingo, 8 de abril de 2012

MI PASIÓN POR LAS MÚSICAS

(1)

Ovidi Montllor i Mengual (Alcoy, 4 de febrero de 1942 - Barcelona, 10 de marzo de 1995) fue un cantautor alicantino y actor español (tremendo su papel en Furtivos) que formó parte del movimiento de la Nova Cançó. Y para los que nacimos en el Mediterráneo estas músicas se nos metieron desde entonces en las entrañas...
Falleció en 1995 en Barcelona a consecuencia de un cáncer de esófago. Cinco meses antes, Alcoy, su ciudad, le había tributado un emotivo homenaje.
Fue militante de la izquierda (PSUC) toda su corta vida de adulto...



(2)

No me gustaba la Zarzuela; quizás por haberla oído siempre como la bandera frente a lo extranjerizante de la ópera. Con los años supe por qué: aunque se dedicaron a aquella muchos grandes músicos, nunca llegó al grado sumo del género de la ópera, quizás el mayor y más complejo espectáculo del mundo: teatro, música y literatura juntos... Y pronto me aficioné a la ópera; sólo basta dejarse oír, por ejemplo, esta hermosísima aria de Tosca de Puccini, posiblemente junto con La Traviata de Verdi, las dos óperas que siempre recomiendo para iniciarse en el género...
Canta Kraus, para muchos el más grande tenor belcantista que ha dado España...



(3)

Para mi generación, tan francófona comm'il faut para los del 52, la música francesa era la más elegante, la más culta y la más refinada... También estaba la italiana y sus San Remo; pero la francesa era más elevada en hermosura..
Y París era una referencia... Y era aquello a lo que aspirábamos: Francia era la libertad, la cultura y la inteligencia humanas. Y leímos a Jean Paul Sartre, a Albert Camus, a Paul Verlaine; y veíamos películas de Truffaut, de Godart, de Chabrol... Y nos gustaba Brigitte Bardot; y la Birkin. Y oíamos a Piaf, a Ives Montand, a Moustaqui...
Y a Adamo... Y a Francis Cabrel...
La música francesa siempre estuvo presente en mi vida...



(4)

Cuando yo llegué a Francia por primera vez, allí estaban recién asimilando el mayo francés de dos años antes, mientras aquí, en España, seguía el nacional-catolicismo haciendo de las suyas y el paisaje vestía de militar...
Por entonces, íbamos a Francia en peregrinación y asustados ante tanta libertad y tanto libre pensamiento: todo era un asombro constante; y siempre en busca de lo otro, lo decente...
Y aunque ha llovido mucho desde entonces, y algunos napoleoncitos quieran desvirtualrla, para muchos de mi generación Francia siempre será un referente inmerso en nuestros corazones...
Ya por entonces oíamos la nova canço catalana, tan afrancesada también, y tan cercana; esa enorme generación de músicos que nos hizo amar el catalán como una lengua tan hermosa como esta y nos hizo amar también a los poetas que cantaban...
Y qué mejor tributo que oír en catalán una de aquellas canciones que fue también, de alguna manera, otro de los himnos de mi generación...


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