lunes, 16 de abril de 2012

MIS IMPRESCINDIBLES (18)

Yo amo el campo; hasta hace unos años, pasaba grandes temporadas en el campo; sí, yo amo el campo... Como todos los que han vivido en él alguna vez en su vida. Y todos los que amamos el campo tenemos un campo, el campo de nuestra vidas, aquel que permanece siempre presente y siempre oliendo a nuestro campo...
Mi campo olía a higuera, a ciprés y a carbón de leña que hacía Juan en el horno de tierra; al lado de la higuera, la que ensombrecía las tardes de chicharras y al lado del monte rojo de la Rosa del Tío Bartolo.
Y olía a viñas, a uvas, a moras, a adelfas del río; y a chumbos colgados de las chumberas que seguían el canalillo del agua que llenaba la alberca; y a trigo cuando la trilla...
Y a ovejas y cabras que pastoreábamos al atardecer de los veranos de mi infancia...
Sí, todos los que amamos el campo tenemos nuestro campo...
Como lo tenía en Antequera José Antonio Muñoz Rojas, que de tanto amar su campo regresó a él hasta su muerte... Y nos dejó una obra maravillosa; sus versos, sus poemas, sus musarañas, sus cosas del campo, sus libros, sus escritos... Y su elegante forma de decir que amaba la vida del campo...


Te rompes los sesos pensando
la quiero o no la quiero;
querer se quiere siempre, lo que pasa
es que a veces querer es otra cosa
y todo lo que sabemos es otra cosa,
así que no sabemos nada, y ya es bastante
no saber nada y seguir con la tarde
tan hermosa y andar la tierra arada
que decía, y cansarse un poquito.

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ ROJAS


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