Los miércoles de feria de abril en Sevilla era el día que los medios de comunciación de la ciudad dedicaban a agasajar al sector publicitario y daban una recepción especial a los publicitarios de la ciudad y de toda España. Y por aquellas casetas de medios acudíamos muchos amigos; la Ser, la Cope, eran las mejores casetas, en cuanto a manjares y acomodo, entre finos, mariscos, jamón; y caballistas y enganches; todo como del siglo XVIII; sí, antiguo, pero con ese encanto, con ese toque como de auténtico que sólo los sevillanos saben darle a esos siglos traídos a presente; la lástima es que muchas veces se ahogan en eso, y muchos que hemos vivido en esa hermosa ciudad siempre hemos echado en falta: ¡si los sevillanos de pro pusieran el mismo empeño en la modernidad y en la creatividad a futuro, sería Sevilla la número uno de España!.
Aparte estaba la caseta del grupo Recoletos, donde siempre estaban las mujeres más hermosas, pero donde más incómodos estábamos por la bulla y la falta de espacios...
Y ya por la noche, y a altas horas de la madrugada, en algunas determinadas casetas, como la del amigo Pulpón padre, que en paz descanse, algunos teníamos la suerte de contemplar a lo más grande de entonces del mundo del flamenco: Aurora Vargas, Pansequito, Camarón, Lebrijano, Carmen Linares, Chano Lobato, Nano de Jerez, Moraito, La Paquera de Jerez, etc... Yo creo que desde entonces -y tras muchas ferias oyendo y viendo in situ y en petit comité a tanto y tan enorme artisteo- me aficioné a este arte sin igual en el mundo. Y claro, ya con perspectivas me digo: -Jó!, como para no aficionarse con tanto grande a tu lado!...
Alguna noche aparecía mi admirada siempre Rocío Jurado, que siempre recordaba aquella primera vez que cenamos en Cádiz... Y al final siempre acababa cantando por derecho; como estas alegrías que canta y que me ha llevado a aquellos miércoles de la Feria de Abril de mi Sevilla...
http://www.goear.com/listen/
Aparte estaba la caseta del grupo Recoletos, donde siempre estaban las mujeres más hermosas, pero donde más incómodos estábamos por la bulla y la falta de espacios...
Y ya por la noche, y a altas horas de la madrugada, en algunas determinadas casetas, como la del amigo Pulpón padre, que en paz descanse, algunos teníamos la suerte de contemplar a lo más grande de entonces del mundo del flamenco: Aurora Vargas, Pansequito, Camarón, Lebrijano, Carmen Linares, Chano Lobato, Nano de Jerez, Moraito, La Paquera de Jerez, etc... Yo creo que desde entonces -y tras muchas ferias oyendo y viendo in situ y en petit comité a tanto y tan enorme artisteo- me aficioné a este arte sin igual en el mundo. Y claro, ya con perspectivas me digo: -Jó!, como para no aficionarse con tanto grande a tu lado!...
Alguna noche aparecía mi admirada siempre Rocío Jurado, que siempre recordaba aquella primera vez que cenamos en Cádiz... Y al final siempre acababa cantando por derecho; como estas alegrías que canta y que me ha llevado a aquellos miércoles de la Feria de Abril de mi Sevilla...
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