Amanezco aún en Lisboa; o quizá en Sintra, ese cuento de hadas donde se refugian los amantes despechados y donde Lord Byron sigue buscando al suyo, que allí conoció y puso casa...
He pasado una mala noche; y entre una garganta imposible y un deseo de amanecer pronto a la vida (cada día, para mi, es un asombro), aquí estoy, cuando ha venido a recibirme el sol sobre este mar que me acompaña de día y de noche para el contento de mi alma llena de saudades; de ti, que no te nombro, y de mi Lisboa, la ciudad con alma de melancolía, el espacio más cercano a mi mundo y a donde te llevaré algún día.. Sí, aunque hoy tampoco te nombre...
Y oiremos fados simples al amanecer, con nuestras manos enlazadas y sentados en la ribera del río...
He pasado una mala noche; y entre una garganta imposible y un deseo de amanecer pronto a la vida (cada día, para mi, es un asombro), aquí estoy, cuando ha venido a recibirme el sol sobre este mar que me acompaña de día y de noche para el contento de mi alma llena de saudades; de ti, que no te nombro, y de mi Lisboa, la ciudad con alma de melancolía, el espacio más cercano a mi mundo y a donde te llevaré algún día.. Sí, aunque hoy tampoco te nombre...
Y oiremos fados simples al amanecer, con nuestras manos enlazadas y sentados en la ribera del río...
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