miércoles, 25 de mayo de 2011

NO PUEDO QUITAR MIS OJOS DE TI...

Decía Ibsen, el afamado dramaturgo noruego, que “la belleza es un acuerdo entre el contenido y la forma”. Y no le falta razón; no concibo un mar bello sin la muchedumbre de sus aguas, pero tampoco sin su exquisito orillar, ese inmenso, constante y permanente abrazo que ofrece a la tierra que lo contiene; un abrazo tan hermoso que se viste de blanco de espumas para rendirle tributo... Como tampoco concibo la belleza de un atardecer agotado de luz y cansado de día, y con esa hermosura del hastío triunfante, sin su crepúsculo desgarrador, en rojos y amarillos, de pasión por la noche que lo acoge y sostiene...

Me reservo, en cambio, la belleza de la condición humana, tan maltratada a lo largo de su subsistencia. Sí, el hombre no vive, no goza, no se recrea... El hombre sólo sobrevive, subsiste, entre sus miserias y sus terribles desigualdades, alimentadas por discursos y experiencias atroces que incitan, una y otra vez,  al egoismo como forma de creación y existencia, frente a la hermosura de la solidaridad de su condición, sí, de animal, pero con necesidad constante de afectos.
Y en esa obscenidad de discursos, de motivaciones diferenciadas frente al grupo, el enemigo, la competencia, lo otro, el sobrevivir en la selva, etc, el hombre sentimental, aquel que soñábamos bueno, apacible, honesto, en calidad y cantidad, aquel, no sólo queda en el olvido; aquel, además, es demonizado por débil, por perdedor, por pre-moderno y, al cabo, por inútil...

Es evidente por tanto: en este hombre moderno el desacuerdo entre el contenido y sus formas lo predestinan en su fealdad. O, quizá, es que la belleza humana quedó para siempre en el olvido, desde que la sostiene la codicia y el poder del dinero en esta selva llamada mundo...
Mientras tanto, no puedo quitar mis ojos de ti; ya sabes cuánto me gustas, niña...

http://www.goear.com/listen/014b564/canacutet-take-my-eyes-off-you-al-green

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