CIERTA ESPERANZA

Ayer me fui a cama con cierta esperanza: hoy los protagonistas serían unos ciudadanos hartos de tanto desapego de sus representantes para con ellos, cuando aquellos, nuestros representantes, lo que nos dicen permanentemente es que participemos y que no se produzca el desapego de los ciudadanos para con ellos, siendo nuestros representantes políticos precisamente los que se han alejado de la ciudadanía, y no al revés; y tanto se han alejado que la ciudadanía ha dicho basta ya: queremos democracia real, y no la pantomima de juegos de poder a las que nos tienen acostumbrados estos nuestros representantes. Y aquí quizá está la clave de por qué no lo han resuelto, porque resolverlo es perder ellos parte de su poder: ya es hora de que el desapego que se inició desde las alturas del poder político para con la ciudadanía a la que representan acabe con esta desolación de unos ciudadanos que no se ven representados por unos dirigentes que se alejan de ellos cada vez que obtienen sus votos. Llevan años diciéndosenos que existe un desapego de los ciudadanos para con los políticos, y que, como consecuencia, los partidos políticos son una de las instituciones peor valoradas por la ciudadanía, y entonces nos dicen que lo van a solucionar, cuando la solución es más transparencia, más democracia (primarias, listas abiertas, elecciones por distrito, limitación de mandatos), más proporcionalidad (reforma de la ley electoral), etc... Y eso nunca lo hacen porque pierden poder y pierden capacidad de decisión,
Hoy, de nuevo, habla la ciudadanía; espero, por el bien de todos, que aquellos que nunca quieren ver la realidad, al fin vean que los ciudadanos siempre tienen la razón y a ellos se deben, no al revés.
Las acampadas de estos días nos llenan de esperanzas y han sido el primer aviso; vendrán más si no actúan y hacen las reformas que se les exige.
Mientras tanto, sigamos jugando a la vida...

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