domingo, 8 de mayo de 2011

DESCANSE EN PAZ SEVERIANO BALLESTEROS

Desde que vinimos al mundo nos han intentado explicar que la muerte no es un fracaso sino un estado más de la vida; nacemos para morir fue lo primero que aprendimos. Luego leímos a poetas, que nos dijeron aquello de que los ríos iban a la mar, y aquello de iré ligero de equipaje... O como aquel: todo para nada... Pero cuando, en mi caso al menos, la muerte te acompaña desde muy temprano, hermano tan joven y tan de repente, padre también joven y sin apenas tocado, de cierto que aprendes aquello que nos dijeron sobre la vida, pero de una forma tan cruel como injusta. Porque si la muerte es un estado más de la vida, por qué no alcanzan ese estado tanto bicho viviente, maligno, poderosamente sangriento, asesino, sátrapa que anda suelto por este mundo de la vanidad y de la indecencia, y en cambio se nos va gente brillante, decente y tan jóvenes aún para gozar de días de sol como el que al menos hoy viene a visitarnos, o como decía el pobre de Severiano Ballesteros, tras salir de aquella primera intervención: "sólo quiero recuperar la infancia y la juventud que no tuve".
Sí, nos dijeron que la muerte formaba parte de la vida; sólo hay que estar vivos para morir. Pero nunca nos dijeron (eso lo aprendimos más tarde) que la muerte era tan injusta como la vida misma.

P.D. Que en paz descanse un hombre sencillo que llegó a la cumbre en lo suyo de una manera
 honesta.


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