sábado, 28 de mayo de 2011

LAS MALAS COMPAÑÍAS

Amanece de luz ondeante de aires que la mecen; escasos vientos que zarandean los pinos y que impiden la mar subida de color y de temores... Mira al cielo y ya presagia el final de este mayo, cuando las flores se van yendo calladas y cuando en los campos de Andalucía se iniciarán pronto las siegas de trigo; como cuando aquellos campos verdes y amarillos se nos secaban ante nuestros ojos de espanto; y como cuando Juan "El Bote" nos subía en el trillo, allí, en la era... 
Cerca, por el río, pastaban las ovejas; y cerca, por los montes, se desparramaban los almendros y los olivos...
Eran aquellos inagotables e inacabables veranos, cuando aquellas mañanas llenas de luz y de chicharras cantando, y cuando aquellas tardes que madre nos daba de merendar... Algunas nubes lejanas de monte nos anunciaban cansadas  estancias de fríos tristes y en silencio...
Para entonces, buscábamos las sombras de las higueras, donde soñábamos mujeres en flor; y ya, también por entonces, se nos hablaba de las malas compañías...


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