Decía Víctor Hugo que “nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer”. Y así, el próximo domingo, tras estas grises, anodinas y desmovilizadoras (y rechazadas en gran medida por los jóvenes que se están movilizando estos días, y es, quizá, esta la clave que no terminan de entender los políticos tradicionales: hay una nueva demanda de hacer política) elecciones locales y autonómicas, asistiremos a proclamaciones de victorias, a mejoras de resultados, a no hemos perdido tanto como decían las encuestas, y a justificar lo indecible... Y ganarán, para mayor desconsuelo de muchos, precisamente los abanderados de la corrupción, del “todo vale”, del “y tú más”, y los que no tendrán escrúpulos en prorrogar el malestar ciudadano hasta marzo del año que viene o provocar la anticipación de elecciones generales, verdadero objetivo de estos: saben que nos esperan años de desmantelamiento y privatizaciones de bienes y servicios públicos, y no quieren intrusos en el botín que les espera.
Mientras tanto, se enrocarán para ganar tiempo, sin querer ver que el mundo pide cambios radicales; de formas y de contenidos; de modelos y de políticas... Se han iniciado demandas profundas de reformas profundas del sistema de participación política; no es comparable a lo que está ocurriendo en el mundo árabe; allí luchan por una democracia al modo occidental frente a dictadores a conveniencia de Occidente que ya molestan incluso al mismo Occidente; aquí ya existe esa democracia; pero es insuficiente y obscena para con la transparencia que se reclama y para con la verdadera globalización que se exige: la de los seres humanos del mundo que quieren una vida digna y más igualitaria, donde no haya ya más golfadas como las recientemente vividas en la actual crisis; y es que es la primera vez que una crisis económica de cierta envergadura es entendida y denunciada por la ciudadanía como lo que ha sido: un saqueo a mano armada de una minoría instalada en la codicia. Y gracias a la red se ha conocido; y gracias a la red se ha dicho basta ya!... Y los políticos tradicionales siguen instalados en el siglo XX sin querer ver que ellos son ya el pasado y que, o se transforman o sobran. Vencerán a corto plazo, pero no convencerán, y perderán a medio plazo: ya es imparable y necesario el cambio.
Mientras eso sucede, los de mi generación tenemos la suerte de recuperarnos en aquellas sintonías que formó parte de nuestra educación sentimental y pasional, y cuando aún creíamos en la democracia convencional dado lo que nos asistía por entonces...
http://www.goear.com/listen/
Mientras tanto, se enrocarán para ganar tiempo, sin querer ver que el mundo pide cambios radicales; de formas y de contenidos; de modelos y de políticas... Se han iniciado demandas profundas de reformas profundas del sistema de participación política; no es comparable a lo que está ocurriendo en el mundo árabe; allí luchan por una democracia al modo occidental frente a dictadores a conveniencia de Occidente que ya molestan incluso al mismo Occidente; aquí ya existe esa democracia; pero es insuficiente y obscena para con la transparencia que se reclama y para con la verdadera globalización que se exige: la de los seres humanos del mundo que quieren una vida digna y más igualitaria, donde no haya ya más golfadas como las recientemente vividas en la actual crisis; y es que es la primera vez que una crisis económica de cierta envergadura es entendida y denunciada por la ciudadanía como lo que ha sido: un saqueo a mano armada de una minoría instalada en la codicia. Y gracias a la red se ha conocido; y gracias a la red se ha dicho basta ya!... Y los políticos tradicionales siguen instalados en el siglo XX sin querer ver que ellos son ya el pasado y que, o se transforman o sobran. Vencerán a corto plazo, pero no convencerán, y perderán a medio plazo: ya es imparable y necesario el cambio.
Mientras eso sucede, los de mi generación tenemos la suerte de recuperarnos en aquellas sintonías que formó parte de nuestra educación sentimental y pasional, y cuando aún creíamos en la democracia convencional dado lo que nos asistía por entonces...
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