Amanece de Sol en este Sur que trae olores de fiesta, fiesta de la libertad, fiesta de los anhelos, y fiesta de los hartazgos: por ahí, no más...
Y asistir a un tiempo histórico como este, con este soberbio Sol que abre alamedas de esperanzas, cuando se han agotado paciencias y temores, cuando al fin se levanta el horizonte luminoso de lo imposible como meta, para entonces, este mayo de ilusiones (para mi generación, todo fue en mayo) de 2011 pasará a la historia de los pueblos que dijeron ¡basta ya, queremos solidaridad!.
Mi generación puede decir, con claridad meridiana, que es quizá la única en la historia que no ha asistido a una guerra, en el sentido de cercana y protagonista; los acontecimientos que están sucediendo en España nos indican que al menos el siglo XXI se inicia con convulsiones, sí, pero que no se resuelven a tiros, sino desde la presión y desde un nuevo escenario de relaciones de poder social, económico y político. Y en esa esperanza y con ese anhelo, hoy, en España, por El Sur, es día de reflexión, que llaman, ante un nuevo proceso electoral, que siempre también es una fiesta de la democracia, aunque insuficiente. Y la primera reflexión que me hago, es por qué hemos tardado tanto en ponernos de pie ante tanto mediocre, tanto insolente, tanto corrupto y tanto desamparo.
Más vale tarde que nunca, y ojalá sea el inicio de un nuevo mundo más honesto, más solidario y más humano.
Para ello, contad conmigo...
Y asistir a un tiempo histórico como este, con este soberbio Sol que abre alamedas de esperanzas, cuando se han agotado paciencias y temores, cuando al fin se levanta el horizonte luminoso de lo imposible como meta, para entonces, este mayo de ilusiones (para mi generación, todo fue en mayo) de 2011 pasará a la historia de los pueblos que dijeron ¡basta ya, queremos solidaridad!.
Mi generación puede decir, con claridad meridiana, que es quizá la única en la historia que no ha asistido a una guerra, en el sentido de cercana y protagonista; los acontecimientos que están sucediendo en España nos indican que al menos el siglo XXI se inicia con convulsiones, sí, pero que no se resuelven a tiros, sino desde la presión y desde un nuevo escenario de relaciones de poder social, económico y político. Y en esa esperanza y con ese anhelo, hoy, en España, por El Sur, es día de reflexión, que llaman, ante un nuevo proceso electoral, que siempre también es una fiesta de la democracia, aunque insuficiente. Y la primera reflexión que me hago, es por qué hemos tardado tanto en ponernos de pie ante tanto mediocre, tanto insolente, tanto corrupto y tanto desamparo.
Más vale tarde que nunca, y ojalá sea el inicio de un nuevo mundo más honesto, más solidario y más humano.
Para ello, contad conmigo...
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