martes, 10 de mayo de 2011

LA OSADÍA DEL MEDIOCRE

Cuando cada amanecer me miro en el mar, aunque la noche haya sido terrible en desencuentros anímicos y físicos, de cierto que renazco a la vida. Una vida cuyos protagonistas, los hombres, siempre me traen a mal llevar...
Y así, mientras desayunando oía el hermoso adagio del concierto para clarinete de Mozart, que formó parte de la banda sonora de aquella deliciosa y bellísima película MEMORIAS DE AFRICA, película tan presente en mi educación sentimental, me hacía la siguiente reflexión ante mi asombro...
Desde que me conozco he sido siempre una persona que ha dudado de todo; hasta de lo que llaman verdad, o consenso mayoritario sobre la verdad; incluso, siempre dudé hasta de mi propia capacidad para asumir ciertas responsabilidades, quizá más como poniendo el parche antes del pinchazo. Le llaman temores; otros, complejo de inferioridad; yo siempre le llamé prudencia, ese arte que, por lo visto y más que visto, no abunda. Y así siempre me sorpendió la gran osadía del mundo mundial; le llaman triunfadores, arriesgados, valientes, cuando sólo son unos grandes ignorantes y/o unos grandes osados; y nada peor que la osadía de la ignorancia. Y así, siguiendo este hilo argumental, me adentré en el mismo, y concluí que esa era la razón fundamental del nivel tan excesivo de mediocridad que nos corroe la vida y los espacios públicos del mundo, no sólo de España. Y es que la mayoría dice que sí a todo. Y sin dudar, siquiera un instante, de su capacidad. Y así, vemos a ministros, altos cargos, diputados, presidentes de colectivos, famoseo, etc., de un nivel tan patético como sorprendente. Y siempre me hago las  mismas preguntas, que son dos:
1. ¿Quién lo ha propuesto o elegido?
2. ¿Y cómo ha aceptado?

Porque claro, una cosa es el primer error del que lo elige (se puede equivocar la criatura), aunque normalmente también abunda el que se rodea de mediocres para que no le muevan la silla sus propios, en un acto de fe en su propia mediocridad; pero claro, que encima la susodicha persona acepte sin siquiera plantearse si tiene o no capacidad, eso ya es de juzgado de guardia intelectual y moralmente hablando...

Afortunadamente, cuando cada amanecer me miro en el mar de cierto que renazco a la vida, mi vida, mi mundo...

http://www.goear.com/listen/bcd7b9c/concierto-para-clarinete-adagio-mozart

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