miércoles, 24 de agosto de 2011

NO HABLAR MAL DE NADIE...

Decía mi admirado e imprescindible Vergílio Ferreira que "un sistema para que el mediocre convencido imite la grandeza es no hablar mal de nadie". Yo, que me tengo por mediocre (otros lo son más, pero no se miran al espejo y no se admiten en su mediocridad; al contrario, se vanaglorian en y de sus miserias), intento practicar este sistema; pero, claro..., ¡es que me lo ponen muy difícil!... Basta ojear cada mañana, tras el amanecer, las afueras y la opinión publicada... La pública, como su estética, cada día está más alejada de la felicidad colectiva (pensar que la mayoría dará la confianza a Rajoy, ese registrador que sólo registra el pasado como receta), y cada hora es más indecente (pensar que además, Tele 5 es líder de audiencias). Pero la publicada, no sólo adolece de los males de la pública; es que, además, es cruel para con un mínimo de ética privada, pública, o "semiseca", como dijo aquel (ni tinto, ni blanco: semiseco)... Amén de manejada por un batallón de mediocres sin espejos borgianos donde desintegrar sus miserias más inhumanas y calumniosas...

Y, claro, ¡así, cómo permanecer en silencio! ¡Qué tragedia, Vergílio!: No poder seguir tu sistema es todo un fracaso moral y estético, pero gracias por el consejo...

Como terapia, al modo coyuntural, oigamos estas pequeñas cosas, como aquellas quizá, pero mucho más hermosas, dignas y decentes, como esta versión que Miguel Poveda y  mi tocayo Ruibal hacen de esta bellísima canción de Serrat:

http://www.youtube.com/watch?v=T6HlnlVd9lE&feature=relmfu

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