lunes, 1 de agosto de 2011

EL SOL MIO...

Amanece gallego; sólo falta el orvallo; aunque los vientos suenan a humedad y huelen a aguas dulces que arrojarán nubes que se resisten... Son luces y olores que conozco, que me llevan, que me transitan... Y bajaron las temperaturas... 

Pero no es Galicia, es el sur del Sur, donde si falta el sol falta la vida...

La mar grisea, los pinos platean sus verdes y marrones, y los aires los mecen y los orientan hacia el mar, cuando aún no han salido del primer asombro: aquel que, al crecer, otearon su muchedumbre, su infinito azul y su inmensa hermosura...

Los días grises son así: pareciera que todo es de un solo tono, mientras nuestros ojos ya no distinguen el mar de entre los verdes plateados de la arboleda que los preside... 

Porque cuando falta el sol, por el Sur, por estas tierras, todo parece pálido de muerte; al faltar la vida; con la ausencia del sol...

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