domingo, 21 de agosto de 2011

HARTAZGO

Amanezco un domingo más de agosto a la vida; aunque, a veces, eso que llaman estar vivo, cuesta... Y me cuesta creer que lo que ha sucedido en Madrid -y sigue sucediendo-, sea verdad; y me cuesta creer que haya jóvenes con esa mentalidad y esa actitud ante el mundo, ante la vida; pero, sobre todo, me cuesta admitir que adultos, muchos de ellos conocidos y en afectos, participen sin ninguna mínima crítica  de la indecente catadura moral de la clase dirigente de la Iglesia Católica de Roma, representada en España por ese espécimen cuasi nazi con cara de mala persona, de bicho, que decimos en mi tierra. De seguro que han decepcionado como personas inteligentes que son y como seres humanos que creí más honestos intelectualmente... Dicen que la vida es una camino hacia la decepción continua cuyo final es la nada. pero cuando la nada se te pone tan de frente, sin apenas camino, uno sólo es ya melancolía...
Traigo aquí, como consolación a mis males, el testimonio de un hombre honesto siendo cristiano, como ejemplo de lo que para mí, que no soy creyente, deberían ser los que considero personas decentes, honestas intelectualmente y solidarios. Sólo desde este testimonio llego a entender el cristianismo, aún no siendo creyente, reitero... 

"... El Papa, que tendría que encarnar la figura de Pedro, el pobre pescador de Galilea, como obispo de Roma, debería recordar al viajar a Madrid que el apóstol llegó a Roma perseguido y que fue crucificado como el Maestro. No tuvo honores de jefe de Estado, ni salvas de cañón, ni papamóvil,ni fue escoltado por los guardias romanos; y fue enterrado al morir en un cementerio común. El Vaticano se construyó más tarde, y sobre él pesa un rosario de pecados.
....la Iglesia inyecta en los jóvenes católicos la obsesión por el sexo más que por la justicia o por la libertad. Pero sí sé, por haberlo vivido de cerca, los pecados de los que el Papa y sus seguidores vaticanos, recibidos con honores de reyes con un presupuesto de millones de euros pagados por los españoles en crisis, podrían y deberían confesar.El Vaticano, el minúsculo Estado enclavado en Italia, regalo de Mussolini al Papa a cambio de los votos de los católicos al fascismo, es la mayor anomalía e irreverencia para aquel Jesús que decía que "no tenía donde reclinar la cabeza", que rechazó ser coronado rey y que murió en la ignominia de la cruz. La prerrogativa de jefe de Estado otorgada al Papa de Roma es un pecado contra los evangelios.
Las oscuras finanzas vaticanas, su Banco del IOR que estuvo tristemente implicado en escándalos de corrupción, su vinculación con mafias y masonerías heterodoxas que dejaron un reguero de cadáveres de por medio y a monseñores huyendo perseguidos por la justicia, son otros pecados todavía sin confesar y sin penitencia.
El ocultamiento de los ya tristemente casos de pedofilia del clero en todo el mundo, porque la Iglesia se avergonzaba de aceptar lo que hicieron los suyos e intentó ocultarlo durante años, es un pecado aún sin arrepentimiento y sin confesión abierta. 
La imposibilidad de la mujer de acceder al sacerdocio -la más persistente discriminación femenina en el mundo de las democracias- es un verdadero pecado contra el mismo Cristo, que se rodeó de mujeres durante su vida apostólica, que se le apareció después de muerto a una mujer antes que a Pedro y a los otros apóstoles y que en las primeras comunidades creadas después de su muerte para conti-nuar su mensaje eran, también ellas, sacerdotisas y obispas.
u terquedad en seguir manteniendo obligatorio el celibato sacerdotal a pesar de todos los escándalos de abusos de menores por parte del clero, y a pesar de que los apóstoles, y seguramente el mismo Jesús, estaban casados, como lo estaban los primeros papas y los obispos de los primeros siglos de la Iglesia
...Sí, en cambio, habló y gritó contra los que oprimen a los pobres, contra los sacerdotes hipócritas que predican una cosa y la contradicen después con su vida y contra los poderes y tiranías de la tierra. Llamó "zorra" al emperador Herodes. Y fue víctima del poder romano que lo condenó a muerte sin pruebas.
Cada vez que el Vaticano se opone a los avances de la ciencia que liberan al hombre de sus servidumbres, desde el uso de las células madre al derecho a morir con dignidad, peca contra la vida y contra el derecho a la libertad del ser humano.
Y como fueron pecados la Inquisición y las Cruzadas, lo son también hoy la cacería desatada contra teólogos que no razonan como el Vaticano, cacería de la que fue artífice el actual Pontífice desde su puesto de presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, heredera de la antigua Inquisición.
... El gran pecado del Vaticano, de esa Iglesia oficial que no acaba de liberarse del poder temporal que no le corresponde, es su miedo a que los hombres sean felices, porque es la felicidad, y no la angustia ni el sufrimiento, lo que terminará por hacer libres a las mujeres y a los hombres. De ese pecado debería no solo confesarse, sino pedir perdón a toda la humanidad".
(JUAN ARIAS. Periodista, filólogo, escritor y exsacerdote)

Yo sólo participaré y respetaré a estos fieles; el resto, me parece todo un indecente circo al servicio de los meapilas más reaccionarios y pura regresión social, histórica y moral.

Refugiémonos, como terapia, en cierta belleza, en la decencia de la hermosura, por ejemplo, de un beso... 

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