Mi madre era Doña Lola. Asi era conocida en el pueblo. Y todos los Viernes de Dolores, el día de su santo, íbamos llegando sus hijos a casa, de vacaciones: la casa siempre estaba llena de gente, y cada año iba creciendo en número, novias y nietos ya incluidos. . .
Y recuerdo un año, aquel fatídico de 1977: tu hijo Modesto no llegó. Desde aquel día, madre, todos ya fuimos distintos y supimos demasido pronto que la vida iba en serio. Pero sobre todo tú ya no volviste nunca a ser la que fuiste. Dicen que eso no lo supera madre alguna. No lo sé. Lo que si sé es que desde que te fuiste yo nunca lo superé, porque, madre, yo siempre creí que Doña Lola sería eterna para protegerme siempre en este loco mundo. . .
Felicidades, madre. Sigo desolado y triste; y lo peor, sin muchas salidas en el horizonte del mundo. . .
JUEVES 14 DE ABRIL DE 2011
Hoy, hace 80 años, una generación de hombres decentes quiso que este territorio llamado España viese la luz blanca de un amanecer en libertad. No lo consiguieron, pero nos queda su memoria. Va por ellos, por todos aquellos que creyeron en la belleza, en la nobleza y en la bondad humanas, aun a sabiendas de utopias.
Amanece de nuevo de azul claro casi blanco. Como si los cielos gallegos fuesen mas elevados en misterios y alturas y se difuminasen.
Hotel Rias Baixas, de Pontevedra. Calle Castelao. Café, un croissante, agua mineral con gas, hielo y limón. 2,10 €. Conectado a Wifi con el portátil. Hace sol y ha bajado algo la temperatura, que se agradece. Galicia Calidade...
Mi hermana la gallega tiene dos perros; uno, lustroso y hermoso que está con ella desde recién a la vida; el otro, uno abandonado de protectora, enclenque, con cara de asustado, como de haberle pegado y por eso te rehuye, como si le recordaras el martirio que ha debido de pasar el pobre... Lógicamente, a él me dedico: prefiero el horror del inocente y agotado de pena a la sabiduría del malvado y hermoso triunfador.
El hombre es el único animal capaz de ser muy cruel sin quererlo ser. Basta la ausencia de acto alguno.
Y recuerdo un año, aquel fatídico de 1977: tu hijo Modesto no llegó. Desde aquel día, madre, todos ya fuimos distintos y supimos demasido pronto que la vida iba en serio. Pero sobre todo tú ya no volviste nunca a ser la que fuiste. Dicen que eso no lo supera madre alguna. No lo sé. Lo que si sé es que desde que te fuiste yo nunca lo superé, porque, madre, yo siempre creí que Doña Lola sería eterna para protegerme siempre en este loco mundo. . .
Felicidades, madre. Sigo desolado y triste; y lo peor, sin muchas salidas en el horizonte del mundo. . .
JUEVES 14 DE ABRIL DE 2011
Hoy, hace 80 años, una generación de hombres decentes quiso que este territorio llamado España viese la luz blanca de un amanecer en libertad. No lo consiguieron, pero nos queda su memoria. Va por ellos, por todos aquellos que creyeron en la belleza, en la nobleza y en la bondad humanas, aun a sabiendas de utopias.
Amanece de nuevo de azul claro casi blanco. Como si los cielos gallegos fuesen mas elevados en misterios y alturas y se difuminasen.
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Mi hermana la gallega tiene dos perros; uno, lustroso y hermoso que está con ella desde recién a la vida; el otro, uno abandonado de protectora, enclenque, con cara de asustado, como de haberle pegado y por eso te rehuye, como si le recordaras el martirio que ha debido de pasar el pobre... Lógicamente, a él me dedico: prefiero el horror del inocente y agotado de pena a la sabiduría del malvado y hermoso triunfador.
El hombre es el único animal capaz de ser muy cruel sin quererlo ser. Basta la ausencia de acto alguno.
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