25 DE ABRIL

Decía Pessoa, triste como un tintero (Ory), que “una alegría de barcos abanderados errando va / En una diagonal difusa / Entre mí y lo que yo pienso”. Con esa sensación difusa de lejanía entre la realidad y el deseo regresan las mañanas a su vida cotidiana, cuando el sol brilla nuevo de ausencias, y cuando celebramos un aconteciento que para los de mi generación marcó nuestras vidas...

Fueron claveles de esperanza; gritos de futuro; y fiesta por la dignidad recobrada y sin sangre. Aún vivía Franco, y en España soñábamos con la hermosura de la libertad... Porque sin libertad no hay vida.

Federico Gª Lorca dijo: “en la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”. Aquel día, hace ya 37 años, los portugueses bordaron el amor más grande de sus vidas en la bandera de la libertad... Desde entonces, intentan ser los dueños de su destino en este complejo mundo, donde siguen mandando los de siempre, en esa diagonal difusa -que decía Pessoa- entre mí y lo que yo pienso...

¡Ay, Portugal, por qué te quiero tanto!...

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