jueves, 28 de abril de 2011

PASION POR VIVIR

De todas las historias de amor, ficticias o reales, me quedo siempre con la de Romeo y Julieta, la más elevada en pasión amorosa por encima de todo y de todos... Pero nunca me gustó su final; porque no iban saciados, como decía Canetti que hay que irse, cuando llegue el último viaje, bien por decisión propia o por mor de la vida y sus asuntos... Se dirá, -es que no los dejaron saciarse... Y es cierto, así fue como nos lo contó Shakespeare... Pero hay una forma sencilla de saciarse: vivir en los pronombres, como decía Salinas, o con la esperanza de la utopía de que todo llegará al fin, aunque no sepamos engañarnos... Claro que lo que de verdad llega a su fin es la vida misma y todas sus esperanzas. Por eso es importante siempre tener presente lo que vale cada instante que poseemos de aquella esperanza, de aquella utopía, de aquella necesidad de vida...  Los que vivimos solos -pero nunca en soledad- sabemos de qué hablamos cuando decimos que la vida son sólo momentos... Y que para que haya muchos momentos que sean de vida, necesitamos utopías y motivos lejanos pero ciertos... Como aquel deseo de amar siempre, de vivirnos siempre, con el que siempre hemos soñado para con los otros, más allá de convivir en espacios imposibles que lo matan todo... O como aquel de Romeo y Julieta, pero sin tanta tragedia (la vida ya es lo suficientemente trágica como para alimentarla más en ese su patetismo y su sufrimiento).

Porque la vida es bella, a pesar de todo y de todos, mientras haya calidad de vida...

http://www.goear.com/listen/0db8b59/romeo-and-juliet-dire-straits

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