domingo, 24 de abril de 2011

LA PRIMAVERA SE RESISTE AUN POR EL SUR

La primavera se resiste por el Sur; acaso así fue siempre: coqueta en su incertidumbre. Y tardía: más deseada será entonces; como cuando amamos y necesitamos amar más aún, escasos de días y de asuntos...
O quizá, los cielos están tristes de ver cómo, nosotros, los animales más inteligentes de la tierra, seguimos a la greña en esta selva sin sentido que reitera su impaciencia hacia el declive de la nada, con protagonistas indeseables y con silencios que aturden y ensordecen las almas de los más débiles de corazón y sustentos, atónitos de desconciertos y penurias infinitas...
Dicen que es el sistema; dicen que es la condición humana... Pero en verdad, en verdad os digo, que no es más que la miseria de creernos superiores en algo para con los otros, a los que basta acercarnos para descubrirnos en nuestras mentiras y debilidades más profundas. Porque nos han obligado a luchar contra los demás, cuando en los demás está nuestro mundo y nuestra decencia...
Claro que esto, quizá, también se aprende demasiado tarde; porque eso también nos dijeron, para en seguida apropiarse de esos sentimientos, de esa necesidad humana, y volver a echarnos a pelear por una parte, siempre inagotable e insaciable de supervivencia...
Es lo que pretendían; de uno en uno y prietas las filas...
Y ya no queda nada...
Bueno, al menos nos queda la hermosura de la creación humana, el arte, ya sabéis, lo único que nos sublima en esta selva llamada vida... Como este prodigioso Concierto para Oboe de Marcello...


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