Llevo varios días con cierta melancolía por mor de tanto páramo intelectual en los espacios públicos de nuestras Españas, donde personajes patéticos hacen gala de su desvergüenza moral y donde nadie levanta la voz para pedir de una vez por todas la estética necesaria que nos haga volver a creer en proyectos colectivos, como el de aquellos hombres de hace 80 años que intentaron, al menos lo intentaron, crear esas Españas de ciudadanos decentes en los espacios colectivos.
Muchos tuvieron que acabar en el exilio para sobrevivir; sobre todo en Mexico, aquel país por entonces digno y culto... A muchos otros, hoy, nos pide el cuerpo el exilio; pero apenas tenemos donde ir, más allá del exilio interior que, cual lobos esteparios, practicamos... Y es que el mundo ha cogido una pendiente global de indecencia, donde vale casi todo menos la dignidad de una vida humana.
Sí, el mundo se ha vestido de banalidad en su declive moral y estético; como un cheque en blanco y al portador, pero sin seguridad alguna de cobro...
Muchos tuvieron que acabar en el exilio para sobrevivir; sobre todo en Mexico, aquel país por entonces digno y culto... A muchos otros, hoy, nos pide el cuerpo el exilio; pero apenas tenemos donde ir, más allá del exilio interior que, cual lobos esteparios, practicamos... Y es que el mundo ha cogido una pendiente global de indecencia, donde vale casi todo menos la dignidad de una vida humana.
Sí, el mundo se ha vestido de banalidad en su declive moral y estético; como un cheque en blanco y al portador, pero sin seguridad alguna de cobro...
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