El mar no tiene horizonte: una pared de
aguas blancas lo retiene en su deriva calma. Las montañas, ya lejos,
apenas perfiladas al aire de los cielos grises, apenas de luz,
ilimitadas de sombras...
Es la mañana de nieblas radiantes con turbiedad blanquecina y de ligera luz opaca.
Todo es gris; todo trasparentemente azaroso...
Se acaban las distancias y el mar, eso que es todo, está triste como un almendro en verano...
Es la mañana de nieblas radiantes con turbiedad blanquecina y de ligera luz opaca.
Todo es gris; todo trasparentemente azaroso...
Se acaban las distancias y el mar, eso que es todo, está triste como un almendro en verano...
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