domingo, 3 de junio de 2012

CARTAS A TI, CON MIS CANCIONES (1)

A ti, que no te nombro...
A ti, mi querida (quien ama una vez ama ya para siempre)...

Podría empezar diciéndote que hace tiempo que no sé de ti, pero prefiero decirte que siempre te recuerdo, quizás porque es verdad que hace tiempo que no sé de ti.
También me gustaría decirte que sigo teniendo algunas fuerzas para sobrevivirme; quizás, también, sea en tiempos difíciles cuando en verdad llegamos a saber cuánto capaz somos de superarnos de nuestros declives, sombras, y oscuridades profundas por desconocidas hasta entonces y por indiferentes ante su ausencia...
Por lo demás, transita la tarde con sosiego, ese que me da ya cierta edad y cierta renuncia; o quizás es que ya se asume en su totalidad que sólo somos puro azar y lo que tenga que ser será de una manera inevitable; a fin de cuentas, nunca disponemos de nosotros, pues siempre nos están condicionando unos y otros, y jamás somos verdaderamente puros, en libertad, esos, por otro lado, estados más claros del egoísmo humano; donde habita uno con su soledad y encima se estorban...
Y así, con el declive también de la tarde última de este primer domingo de junio, ese mes del año que siempre nos llegó unido a temores de exámenes, pero que también se nos fue con finales de curso de curas y otros fantasmas, cuando aún soy la vida, te recuerdo; a ti, que no te nombro, cansado -quizás ya- de haberte nombrado tanto en otro tiempo...

Besos todos, desde una esquina de recuerdos, ternura y amabilidades... Y que sepas siempre cuánto eres aún para mi mundo...


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