lunes, 18 de junio de 2012

REFLEXIONES DE JUNIO


Tras la caída de apoyo electoral al partido socialista griego, como ocurrió ya al PSOE en España, y tras el triunfo del partido socialista francés, se están comparando ambos partidos, el francés y el griego, a modo de antítesis. Es verdad que Hollande ha conseguido una renovación del discurso de la izquierda en Francia, pero no es precisamente él mismo una figura que represente la renovación de las personas, el sempiterno debate en España, el de las personas: que te quites tú que ahora quiero estar yo, para hacer lo mismo que hacía el anterior, pues apenas hay margen de maniobra...
Sostengo que ese es el asunto; es decir, lo fundamental son las ideas, los discursos y la comunicación de esos discursos, más allá de las personas (que también) y, sobre todo, más allá de la situación concreta de cada realidad social.
A ver, creo que el partido socialista francés ha ganado las elecciones en un país, Francia, que no tiene los problemas de España y que es líder de Europa junto con Alemania, cosa que tampoco es España, ni tiene la deuda privada que tiene España, ni el paro que tiene España ni las consecuencias de la espantosda crisis financiera y económica que tiene España como consecuencia de su burbuja inmobiliaria.
En cuanto a renovación, no creo que Hollande sea renovación precisamente... Las cosas como son... Es más, si Hollande en vez de en Francia fuese el primer secretario del PSOE en España, le hubiese ocurrido lo mismo que a ZP y/o a Rubalcaba: España no tenía ni tiene margen de maniobra (ahora lo ha descubierto la indecente derecha del PP, que ahora dice que eran Europa y los ajustes a los que nos obligan los mercados y la UE); es decir, Hollande no hubiese tenido margen: o el rescate bancario (y esperemos que sólo se quede ahí) o la salida del euro, cosa improbable y no deseable desde mi punto de vista. Por otra parte, España está sometida a la troika, cosa que Francia no, entre otras cosas porque es parte de los que mandan en la troika... Y si Hollande hubiese sido el primer secretario del Pasok, no quiero pensar dónde estaría Hollande.
Hay que ser honestos intelectualmente con la realidad en la habita cada uno y no mezclar churras con merinas.
En cualquier caso, en general, y en la izquierda en particular, y no sólo en el PSOE, también en IU y en los sindicatos y otras formaciones de la izquierda social española, urge una renovación total del sistema de representación; tanto de partido, como electoral. Es decir, hay que abrir los partidos a la sociedad y dejar de ser estructuras obsoletas de reparto de poder interno de militantes que han patrimonializado unas organizaciones que son de toda la sociedad, no de ellos; y todo cargo interno y externo debería ser elegido por un proceso de primarias, con apoyo de las redes sociales, más allá del uso de propaganda que hace de éstas nuevas tecnologías el poder constituido de los partidos ahondando en el ridículo ante los internautas.
Y más debates y más críticas y libertad de expresión de verdad. Y reforma de la ley electoral: primarias, elecciones por distrito, al modo anglosajón, y listas abiertas al modo del Senado. Estas reformas son de urgencia...
Las personas que lideren este proceso serán los nuevos líderes políticos. No habrá que buscarlas; saldrán del debate y el análisis y sus propuestas; y saldrán, sin duda, tras este proceso, los mejores.

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