domingo, 16 de octubre de 2011

UN SOL, AL QUE LLAMAN PLAZA...


Un Sol, al que llaman plaza, ha iluminado al mundo, escriben periódicos y comentaristas. Un Sol lleno de fuerza, de juventud y de futuro, ha iluminado al mundo. ¡Al fin España lidera una ilusión colectiva de salvación y de decencia!... No bastará; pero ya saben que no lo tendrán fácil para hacer y deshacer a sus antojos. Y sobre todo, ya saben la capacidad de movilización, de empuje y de hartazgo que tiene la gente, dispuesta a hacer determinados sacrificios, pero no dispuesta a cualquier precio; y menos aún tomándoles el pelo como se les ha tomado, con aires de desprecio y desapego, más cercanos al régimen feudal que al democrático que aspiramos, sistema con tantas lagunas aún y que seguiremos reclamando: listas abiertas; primarias en todos los procesos electorales con participación de simpatizantes (al modo francés), tanto para elecciones internas como externas; elecciones por distrito: un sólo elegido por distrito, que conformará mayorías claras pero transparentes; estado laico y federal; Unión Europea federal, política, económica y fiscal; reforma fiscal progresiva; lucha contra el fraude; exigencia de la eliminación de los paraísos fiscales; debates transparentes y en la televisión, y menos mítines costosos donde sólo acuden los convencidos para sacar cinco minutos en los telediarios de banderas y griterío histérico y partidista...
Un Sol, que llaman plaza, ha iluminado al mundo. Y hoy, en este último amanecer de un nuevo sol, que también ilumina al mundo y, además, lo sostiene, leo encuestas (atención: EL PAIS hace tiempo, lo dijo Cebrián, que desea que gobierne el PP: pactarán y recompondrán los negocios mediáticos para sanear sus quebradas cuentas) que dan mayorías absolutas y holgadas a unos señores que sólo harán que aquel Sol, al que llaman plaza y que está iluminando al mundo, deje de hacerlo para volver a las sombras; aquellas de las que ya creíamos haber salido... Porque en el fondo somos como somos; de boquilla todo; de verdad, poco... Al final, dicen que tenemos lo que nos merecemos. Pues yo me niego a aceptar que esta derecha tan antigua y retrógrada que tenemos, tan reaccionaria y cavernícola, vuelva a ensombrecernos las ilusiones que ya el mundo nos reconoce como posibles... 
Porque podrán ganar (desde luego, no con mi voto), pero no apagarán el Sol. Ese que llaman plaza y que ayer demostró que quiere seguir iluminando al mundo... 

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