domingo, 2 de octubre de 2011

MIEDO, MUCHO MIEDO...


Amanezco de domingo descansado, como mandan los libros sagrados. Claro que los libros que llamo sagrados son otros (algún día daré mi lista para esa isla, donde casi siempre habito, de mis diez libros imprescindibles); aunque reconozco que aquellos, los cristianos, tienen pasajes muy hermosos, sobre todo en el antiguo testamento... 
También el día amaneció tardío de luz: poco a poco los días se van consumiendo en luz y creciendo en sombras. Como con sombras amanecen las esperanzas del mundo... Algo de luz también, como las movilizaciones en EE.UU.; o el declive necesario y final de ETA, que parece sin retorno... Y como no, la esperanza de que no todo esté perdido y haya algo que poder hacer aún para pararlos de nuevo... 
Reconozco que el cuerpo no nos pide más confianza; también reconozco que nos han hecho mucho daño dentro, donde más duele, en esos espacios que creímos intocables, esas líneas que nunca se debieron pasar ni consentir sin al menos rechistar... Pero a los débiles sólo nos queda la palabra, el grito, la calle y el voto... 
Llevamos hablando y gritando mucho tiempo en la calle y lo que se ha conseguido es que retorne una derecha que me sigue dando miedo; lo siento por mis amigos que votarán al PP y tienen ya deseos de cambio; pero, a mi me sigue dando miedo esta derecha; no es europea, es franquista; es meapilas; es reaccionaria; no es demócrata... No todos, pero ese halo colectivo lo desprenden constantemente... Ayer lo comentaba: vine al mundo con ellos en el poder; y no me gustó aquel mundo gris, oscuro, triste y siniestro; y no han cambiado; reivindican aquellas formas y las practican... Y sobre todo, reivindican aquella inmoral moral de un discurso "dejà vu" por reaccionario; y antiguo como un pañuelo en una plaza de toros pidiendo la oreja para el matador... 
Esa España rancia, cateta y meapilas está renaciendo de nuevo; y reconozco, no lo puedo evitar, que me da miedo y me produce mucha tristeza; miedo a regresar a lo oscuro, a lo siniestro, a lo otro de donde veníamos y que ya pensábamos que no volvería más, y tristeza porque pareciera que de nada sirvió tanto esfuerzo anterior...
La crisis actual nos demuestra que siempre hay que estar vigilantes; y nuncanojamas bajar los brazos, descansar: son tan peligrosos, son tan crueles, que te relajas algo y, ¡zas!... Te roban hasta la conciencia...
Movilicémonos pues; esta vez con el voto. No nos queda margen y apenas esperanza. Pero estamos aún a tiempo... 
Por mi parte lo hago público de nuevo: yo votaré la lista que encabeza Alfonso Guerra en Sevilla (pertenezco aún a esta circunscripción electoral). Creo, honestamente, que el PSOE, a pesar de todo y de todos, es el único instrumento que tiene la izquierda social española en la actualidad como contrapoder para parar (o suavizar) a esta derecha sin escrúpulos que se nos avecina. IU ha demostrado su inmadurez aún para servir de instrumento a esta izquierda social española en la actualidad (a Llamazares y a Herrera se los han quitado de en medio y eran la esperanza, una esperanza en un verdadero cambio del antiguo PCE: sostengo que tanto el PP como IU necesitan un proceso de cambio, una transición, hacia la democracia; quizá por eso se llevan tan bien: se han quedado en el franquismo). 
Por tanto, movilicémonos. Un renovado discurso se está fraguando estos días, y con un hombre (Rubalcaba) que sabrá explicar las cosas mejor que el arrodillado sin gritar de ZP. Se dice que es un líder antiguo, más de lo mismo, pero yo, siempre, en coyunturas difíciles, prefiero la experiencia a la inmadurez de la inocencia y la inexperiencia. Y Rubalcaba ha demostrado esa cualidad con claridad infinita. 
Lo dicho: estamos aún a tiempo. No lo perdamos... Cuando en Europa renace de nuevo la esperanza socialdemócrata no retrocedamos ahora más aún en España... Debemos coger ese tren de que otra Europa es posible, una Europa Federal, social y democrática, con una unidad económica, fiscal y social, y un parlamento legislativo y elegido por sufragio universal en el ámbito europeo. 
Esa es mi esperanza y esa debe ser la necesidad, no suficiente aún, de los débiles. 
Lo otro, será pasado, y serán penumbras; nada más... Y miedo, mucho miedo...

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