jueves, 6 de octubre de 2011

HAY QUE VIVIR

"Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo. Mi alimento es todas las cosas", como decía el exquisito y sutil Borges. De cierto, ya puedo amanecer ausente, huraño, escaso de luna, ido sin límites, que sólo me basta ver el mundo, el mar, los cielos, los montes, los aires y sus cosas, para consumir mi tiempo; al pronto, renazco a la vida para disfrutar de nuevo de mi existencia en el mundo...

Al cabo, como no me gusta este mundo porque no me gustan sus maldades y los bárbaros que las manejan, me recrimino no poder ser más consecuente en esa batalla contra la indecencia. Y con esa impotencia se alimenta de nuevo mi derrota; y es cuando, antes de que sea demasiado tarde, me refugio en mis muertos (Borges, Pessoa, Cernuda...), y, sobre todo, en mis vivos (la gente que amo y me ama)...

Para entonces, vuelvo a recuperar la dicha de vivir en este mundo, ese prodigio del azar que me hizo hombre un día para vivir con la libertad que hemos podido alcanzar entre todos, frente a aquellos que nos la intentan siempre impedir; y en esa lucha y revelación de la vida en libertad, siempre tengo un lugar de agradecimiento para mis antepasados y para mis coetáneos luchadores y solidarios, para todos los que en el mundo han sido hombres de bien...
Pero otras veces, muchas veces, cuando ya no puedo más -y nadie está disponible en socorro- me refugio en ese mi exilio interior en donde convivo, solo, en compañía de mis muertos en forma de textos hermosos o de memoria colectiva de la que aprendo a sobrevivir... Porque hay que vivir; y muchas veces, sobrevivir...

http://www.youtube.com/watch?v=9d3fof6nkTI&feature=related

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