martes, 1 de enero de 2008

LA IGLESIA CATÓLICA ESPAÑOLA

La Iglesia Católica española ha recibido de Zapatero más dinero público que nunca (aunque el gobierno ha intentado engañar con aquello de la cruz para la iglesia o para otras ONG, diciendo que era dinero voluntario de los que se declaran católicos, cuando en realidad son cantidades que deja de ingresar el estado), y encima la dirige la Conferencia Episcopal más hostil que nunca al poder civil democráticamente elegido: no tienen desperdicio las palabras de Rouco, o de Cañizares, o las del golpista obispo de Valencia el domingo pasados.
La Iglesia, de la que pensábamos que con Tarancón hizo su transición, ha regresado al franquismo más puro, al del nacional-catolicismo; y sobrecoge ver a Rouco con la puesta en escena cuasi victoriosa de la guerra que apoyó y ganó, rodeado de la bandera de aquellos vencedores.
Si esta Iglesia nunca fue representativa de muchos católicos españoles, la bandera roja y gualda que aquella Iglesia se apropia, zarandea y reclama, tampoco lo es de muchos españoles.
Como ha dicho Peces-Barba (no precisamente ateo), ya es hora de finiquitar el concordato y que los católicos se paguen a sus curas. Y también va siendo ya hora de denunciar a la Iglesia por el permanente llamamiento directo o indirecto (COPE) a la desobediencia civil.
Una vez más constatamos que la idiosincrasia española sigue siendo más africana que europea.
Que se vayan estos obispos con su bandera de España a enterar todo su odio por tierras lejanas: los demócratas de este país no podemos convivir con esta gentuza y su simbología franquista, cargada de odio, de intereses terrenales y de pocas virtudes espirituales.