viernes, 11 de enero de 2008

LA COMPLEJIDAD DEL MUNDO (II)

Y un síntoma de esa creciente complejidad del mundo actual es la escasa diferencia que podemos hoy ver entre una opción política de la llamada derecha civilizada y otra opción política de la llamada izquierda realista... Le llaman viaje al centro, cuando no es sino un triunfo más del sistema capitalista tras el fracaso del llamado socialismo real, el también fracaso de la división del mundo entre buenos y malos, y del desmantelamiento ( por inviable, dicen sus detractores) del estado del bienestar que nació como consecuencia de la segunda guerra mundial en el pasado siglo...
Y así, hoy podemos ver cómo los laboristas ingleses o los socialistas españoles en el poder redistribuyen rentas a favor de las provenientes del capital y en detrimento de las provenientes del trabajo, y encima bajan los impuestos de los ricos, lo que hace inviable la financiación de servicios públicos básicos (sanidad, educación, pensiones, justicia, etc) y otrora bandera de aquella izquierda que lideraba la lucha por el progreso, por la cultura y por la libertad, dándoles así la razón a las derechas en el sentido de que el estado del bienestar es inviable...
Y también podemos ver a una derecha que sabedora de su triunfo moral -y evidente históricamente hablando- se vanagloria de ser la bandera del progreso, de la cultura y de la libertad. Y eso representa Sarkozy en Francia. Una Francia que necesitaba un nuevo De Gaulle (no se entiende de otra forma el enorme apoyo con el que accedió Sarkozy al poder y sobre todo, con el enorme halo de cambio cuando se trata de uno de los políticos con más experiencia en la derecha francesa: lleva toda la vida en política y ha salido elegido como el representante del cambio... ¡Cuánta habilidad! ¡Y cuánta necesidad tenían los franceses de mentirse a si mismos!). Una Francia a la que los socialistas, cuando estuvieron en el poder, metieron en vericuetos imposibles, y muchos de aquellos sus líderes han acabado en los brazos de Sarkozy como en los brazos de Morfeo. Y sí, es verdad que Sarkozy es la derecha de siempre; eso sí, disfrazada de muy civilizada, muy realista y muy democrática. Aunque también es verdad, que ya quisiéramos tener por estos lares una derecha como la que representa Sarkozy.
Porque para nosotros los francófonos sería la mejor de las noticias: que Rajoy fuese como Sarkozy... Porque dada la enorme complejidad del mundo, al menos nos consolaría que la derecha española no volviese a las andadas...