jueves, 10 de enero de 2008

LOS PLACERES Y LOS DIAS

El día amaneció luminoso y el mar estaba solitario como un ciego...
Las olas traían perfumes de algas celestiales y los vientos se amansaron al alcanzar la orilla...
Todo incitaba a cierta propensión al gozo, y todo estaba en su lugar y acompasado...
Así se iniciaba el día para continuar la misión más sublime que ha lugar en la naturaleza: la vida...
Y si vivir es sobrevivir entre tanta miseria y tanta maldad humanas, días como el de hoy nos reconcilia con el mundo y sus asuntos, con los hombres y sus andanzas...
Porque son los placeres, y son los días...