viernes, 11 de enero de 2008

LA COMPLEJIDAD DEL MUNDO (I)

Cuando yo era joven, quiero decir, mucho más joven, el mundo era más fácil de comprender... Los buenos (o los menos malos) y los malos (o los menos buenos) eran muy fácil de saber dónde y por qué se encontraban donde se encontraban... Y ello a pesar (o por ello) de la escasa información y de la enorme manipulación de que éramos objeto los ciudadanos; y sobre todo (o por ello) porque el mundo venía de una gran hecatombe y en España el franquismo -y su subcultura de lo rancio y casposo- estaba incrustado en la sociedad española hasta límites hoy casi ridículos para las nuevas generaciones.
En este contexto, mi generación, al menos por el sur, fue francófona y siempre vio en Francia no sólo al país de la libertad, de la cultura y del progreso, sino que además era la meca para todo el que necesitaba salir de aquella España gris, siniestra y antigua. Sí, Francia era la modernidad; y París su espejo...
Pero el mundo ha cambiado; no sé si a mejor o a peor: qué mas da, si sigue siendo igual o más injusto... Pero sí que nos ha complicado su comprensión: hoy el mundo es más complejo y más difícil de entender; y ello a pesar (o por ello) de la enorme capacidad que tenemos de información, cosa que para los de mi generación ya hubiésemos querido... Internet nos ha cambiado la vida; pero no ha resuelto ni facilitado la complejidad y el conocimiento del mundo que nos ha tocado vivir...