martes, 25 de diciembre de 2007

UN TROZO DE LA TIERRA PROMETIDA

Ayer me trajeron un trozo de tierra de Pontevedra... Para algunos fue extraño, incluso inapreciable; quizá porque no están capacitados para llegar a ciertas estancias, las de los guiños, las de lo poético, o las de la hermosura... Y cual galego en la emigración (en mi caso, casi forzosa) alivié la morriña; pero sólo fue un momento: rápidamente apareció el sentimiento de la saudade... La saudade es la morriña (la forma más sutil de la melancolía) bañada de tristeza (la forma más portuguesa de los paraísos perdidos)...
Y recordé al Cartero cuando grababa las olas del mar para hacerle llegar a Neruda el recuerdo y el olor de su sonido... Y si aquel le decía a Neruda "el ruido del mar", a mi me han dicho: "Feliz 2008: Tierra de Pontevedra", acompañado de un trozo de musgo cercano a la ría por donde me gusta pasear camino de la casa de Poio...