miércoles, 6 de enero de 2016

LOS SUEÑOS

¿Y a qué proponerme?
¿Para qué?...
Todo lo que hice con la vida no fue a propósito, sino puro azar...
Las mujeres que amé y me amaron, no las busqué: aparecieron en mi vida al modo fortuito...
Los libros que no leí, las películas que vi, los viajes que no hice, los hijos que no tuve y las vidas que no viví, las horas con fiebres y malestar; y los primeros pulmones rotos: todo me fue extranjero, lejano, de otro; no mío, no de mí: de lo fortuito y extraño del azar...
¿Para qué alcanzar metas, objetivos? Sólo el azar decide.
Sí, sorprende la gente que se vanagloria de haber conseguido lo que consiguieron; porque se lo propusieron, dicen...
¡Ay!, cuánto inocente por el mundo sin sus limitaciones...
No, no somos más que un hecho fortuito desde el mismo día de nuestra concepción y nacimiento a la vida...
¡Déjenme en paz los inocentes, aunque sean más felices!!!

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