¿Y a qué proponerme?
¿Para qué?...
Todo lo que hice con la vida no fue a propósito, sino puro azar...
Las mujeres que amé y me amaron, no las busqué: aparecieron en mi vida al modo fortuito...
Los libros que no leí, las películas que vi, los viajes que no hice, los hijos que no tuve y las vidas que no viví, las horas con fiebres y malestar; y los primeros pulmones rotos: todo me fue extranjero, lejano, de otro; no mío, no de mí: de lo fortuito y extraño del azar...
¿Para qué?...
Todo lo que hice con la vida no fue a propósito, sino puro azar...
Las mujeres que amé y me amaron, no las busqué: aparecieron en mi vida al modo fortuito...
Los libros que no leí, las películas que vi, los viajes que no hice, los hijos que no tuve y las vidas que no viví, las horas con fiebres y malestar; y los primeros pulmones rotos: todo me fue extranjero, lejano, de otro; no mío, no de mí: de lo fortuito y extraño del azar...
¿Para qué alcanzar metas, objetivos? Sólo el azar decide.
Sí, sorprende la gente que se vanagloria de haber conseguido lo que consiguieron; porque se lo propusieron, dicen...
¡Ay!, cuánto inocente por el mundo sin sus limitaciones...
¡Ay!, cuánto inocente por el mundo sin sus limitaciones...
No, no somos más que un hecho fortuito desde el mismo día de nuestra concepción y nacimiento a la vida...
¡Déjenme en paz los inocentes, aunque sean más felices!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios