domingo, 10 de enero de 2016

LA CUP OBLIGA A ESPAÑA

Al final Cataluña ha optado por el peor de los escenarios: el de la nada, aunque una nada ‘alegal’ y una nada que es una complicación para todos: para Cataluña y para España...

Si hasta la fecha, desde algunos planteamientos se trataba de aprovechar las nuevas elecciones en Cataluña para ganar tiempo y desgastar a Podemos en sus contradicciones sobre el asunto catalán y su apuesta por un referéndum, como freno a un pacto de la izquierda, la noticia del acuerdo de CUP con JXsi hace inviable ya aquella estrategia y coloca al PSOE como objetivo sobre el que presionar para que permita que el PP gobierne y se haga frente al proceso soberanista en Cataluña por fraude de ley desde las fuerzas democráticas todas en defensa del Estado de Derecho.

Hace unos días escribí que si el proceso catalán pasaba por la renuncia de Mas, lo mismo ese modelo serviría para España; es decir, que el PSOE votara NO a Rajoy en primera votación, y, obligado por las circunstancias a una respuesta como partido que defiende la unidad territorial de España, en segunda votación y con su abstención, posibilitaría el que el PP gobernara; pero eso sí, con un presidente que no fuese Rajoy...

Vistas las circunstancias, esa hoja de ruta adquiere a estas horas visos de realismo y necesidad. Siempre el PSOE se reserva la posible moción de censura como arma de control de los excesos del Gobierno del PP y pactando la necesaria reforma de la Constitución que al fin vaya encaminada a un nuevo escenario de acomodo del hecho diferencial de los territorios dentro de una España Federal como mejor modelo de convivencia entre los españoles, así como un gran pacto sobre los servicios públicos fundamentales que den estabilidad al sistema de protección social de nuestro débil estado del bienestar tras haberlo intentado desmantelar aquellos desalmados del PP: educación, sanidad, pensiones y servicios sociales, las cuatro patas de nuestro estado de derecho, por ser fundamentales para la cohesión social de los españoles, necesitan ser consensuadas de nuevo para garantizar su financiación así como redefinir competencias administrativas en los diferentes estamentos de la administración: central, territorial y/o local.

Honestamente, no veo otra salida; creo que aunque ya Podemos se ha quedado sin argumentos, como aquel referéndum que impedía un acuerdo con el PSOE, y más allá de que aún así tampoco salían los números para conformar una mayoría estable en el Congreso de los Diputados, aquellos podemitas que tienen un lío fenomenal ‘vendiendo’ un total de 69 cuando sólo disponen, de verdad, de 42 escaños, aquellos que van de salvapatrias, seguirán en su estrategia del ‘sorpasso anguitiano’; por tanto, Podemos no pactará con el PSOE. Y eso hay que denunciarlo aunque sólo lo oigan los peces…

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