sábado, 11 de febrero de 2012

TODO AQUELLO ERA NADA... PERO NOS QUEDA SU SONIDO

Siguen rodando los días. Y siguen las incertidumbres impidiendo nuestra felicidad; acaso la felicidad sólo sea eso: la ausencia de extrañezas y el gozo de la complacencia infinita...

También siguen los días de este soleado y frío febrero, extraño como un desconocido entre humareda de muerte y desconsuelo. Pero quedan sonidos y quedan faenas... Sonidos y faenas de otros tiempos; aquellos en los que nos creímos capaces de casi todo; cuando la vida era una ambición y el futuro era posible a nuestro modo y maneras; ese futuro sobre el que hoy tenemos serias dudas de que nunca llegaremos a alcanzar, o quizá todo fue una quimera y estamos iniciando el camino del regreso al pasado... Un pasado al que creímos no regresar nunca, y que nos costará aceptarlo como presente; aunque, quizás, lo más trágico es que nos hemos dado cuenta -y demasiado tarde ya para reintentarnos- de que todo fue una enorme mentira: todo aquello era nada, es nada... 

Aunque nos queda su sonido... 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios