martes, 28 de febrero de 2012

DÍA DE ANDALUCÍA

Yo no soy de patrias; ni de naciones. Nunca lo fui; quizá porque nací en medio de una tragedia que se vivió en silencio y donde lo que llamaban Patria era un régimen de terror, de miedo y de oscuros intereses individuales, nunca colectivos.

Con los años conocí otras patrias, otras naciones; y supe que a lo largo de su historia siempre estuvieron en guerra en nombre, precisamente de la Patria; y también de Dios. Y ya tampoco me gustó la patria aquella que todo lo que tenía lo tenía a costa de mucha sangre y mentira.
Y llegó la explosión democrática en España y aquello del café para todos; es verdad que había que parar los excesos de tanto catalanismo y tanto terror de ETA con un PNV mendigante y aliado de aquel miedo, pero, quizá nunca debimos optar por otro modelo que no fuese el Estado Federal, llegando a este intermedio, que en algunos aspectos es excesivo y en otros no garantiza la igualdad de todos los españoles en cuanto a los servicios recibidos.
En eso creo que deberíamos reconstruir el poco futuro colectivo, ya dentro de una Europa más política y al fin Federal (esperemos), con instituciones democráticas y con capacidad de redistribuir poder y riqueza dentro del área económica más avanzada en lo social del mundo; sí, estamos a tiempo de ello y no deberíamos perder ese tren: es el único que saldrá y es el único que nos librará de tanto desamparo y tanto burócrata sin piedad... ¡Echemos a los falsos liberales del poder!!!


Mientras tanto, hoy, en Andalucía, celebramos el día de todos los andaluces, ese día que nuestros representantes políticos decidieron fijar para conmemorar el triunfo del asentamiento democrático y de sus instituciones; un vasto territorio que, afortunadamente, nunca fue (ni es) nacionalista, pero que también tiene derecho a sentirse orgulloso de ser quizá el pueblo más abierto de toda Europa, donde los nacionalismos siempre hicieron de las suyas. Y porque esta falta de nacionalismo en su conciencia colectiva es el germen del nuevo mundo, donde ya no debería haber más frontera que el idioma, en el sentido de dificultad de acercamiento y comprensión.


Nunca he sido patriotero, es verdad, ni me gustan las patrias; pero tener apego a una tierra, la que te vio nacer, crecer y amar; tener afecto a su mar y a su gente, eso es para mi una parte de la decencia y gratitud para con el mundo, y eso es para mi también lo que considero la patria, mi pequeña patria, más allá de banderas, himnos y fronteras.


Celebremos pues el día de Andalucía como un homenaje a la nueva libertad del mundo; un mundo verdaderamente libre, sin esclavitud, sin miedos, sin tan grandes desigualdades, sin miserias , sin guerras y sin fronteras...


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