jueves, 16 de febrero de 2012

CASI NADA

Cada amanecer intento ver alguna salida a estas cosas del mundo. Y cada mañana concluyo que se está jugando con fuego... ¿Hasta dónde la gente más desesperada es capaz de seguir aguantando tanta desfachatez, tanta mentira y tanta regresión social? ¿Y hasta cuándo el resto vamos a seguir mirando para otro lado?...

Las incertidumbres son siempre aterradoras; pero cuando se apoderan de aquellas todas las certidumbres del miedo real y patético, para entonces ya no habrá remedio: seremos borregos egoístas dispuestos a que hagan de nosotros lo que quieran; eso sí, todos escudados en nuestra infinita miseria de apaleados a nuestro pesar y sin rechistar. Siempre vi en estas mayorías sociales, silenciosas y acobardadas, el germen de toda reacción, de toda regresión social y de todo fascismo; nada hay peor que un "petit bourgeois"; cosa ya analizada en el pasado siglo por la sociología, ese petit bourgeois que tanto ayudó al nacimiento del nacional-socialismo y otras formas dictatoriales de la sociedad, y que conforma el grupo más reaccionario de los protagonismos sociales de la modernidad. Esos fanfarrones que con dos o tres propiedades se creen aroistócratas de toda la vida y que acaban siendo el hazmerreir de los poderosos, pelotas del poder, o bufones de palacio alguno...
Ya sólo veo desconsuelo, miedo; y, si acaso, asombro... Y sobre todo, veo a una incierta juventud dispuesta a pasarlo mal, a salir fuera a trabajar, a aceptar lo que ocurre, y favorable a lo que sea, menos a rebelarse contra el establecimiento y decir ¡¡¡basta ya!!! Quizá porque fueron educados por aquellos petit bourgeois que les inculcaron que eran ricos porque sólo bastaba mirar a sus antepasados cómo vivían o mirar cómo vive la mayor parte de la humanidad hoy... Y que, como todos los políticos son iguales (la verdad que han dado muchas pistas para ello), pues eso, a vivir bien, a buscarse la vida como sea y a no meterse en eso de cambiar el mundo, que eso es muy complicado...

Cada amanecer intento ver alguna salida; pero pasan los días y todo es un páramo cada vez más seco de luz...
Y es que quizá aún no sepamos que la libertad está en nuestras manos; no en la de ellos, los reaccionarios y aborregados de siempre, los otros, los que no son nada; o sólo casi nada...





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